El papel mojado de las tres renovaciones del Espanyol
Javi López, Diego López y Dídac son los únicos movimientos de mercado, pero su continuidad no es segura y hasta podrían comportar un gasto extra totalmente evitable.
Son, por extraño que parezca casi un mes después de certificar el descenso y a dos semanas de haber terminado LaLiga, los únicos movimientos de mercado oficializados por el Espanyol. De aquella manera, eso sí, porque no hubo comunicados, ni tuits solemnes, solo un afirmativo con la boca pequeña por parte de los factótums del club en la comparecencia de hace 12 días. Las renovaciones de Javi López, Diego López y Dídac Vilà conforman, por ahora, el grueso de novedades –aunque es cierto que están muy próximas algunas llegadas– para la plantilla 2020-21 en Segunda División. Y, por extraño que parezca, ni siquiera su presencia está asegurada.
"Responsabilidad" es el término que se empleó para justificar las tres ampliaciones de contrato, que se fraguaron durante el confinamiento, antes del decisivo (y también insuficiente) tramo final de LaLiga. Un arma de doble filo: pudo dar a entender erróneamente el club que, de no haberlos renovado, el compromiso de los jugadores estaba en cuestión. Y no era así. El caso es que su continuidad pende de un hilo.
Dependerá en buena medida del nuevo técnico, si todo se acaba enderezando Vicente Moreno, y también del mercado. Si el Espanyol es capaz de cuadrar presupuesto, altas y bajas y límite salarial, tarea harto difícil, no necesitará ese as en la manga que se reservó con sus renovaciones para al menos poder iniciar el próximo curso con suficientes jugadores.
Pormenorizando los nombres propios, Dídac Vilà, el único que no firmó por uno sino por dos años más, hasta 2022, es a priori quien más opciones tiene de quedarse. Diferente es la situación de Javi López, a pesar de tratarse del capitán, y de Diego López, a quien se ha vinculado entre otros con el Celta de Vigo, un Primera, aunque nunca se ha confirmado nada, por lo que su lealtad es tan intachable como la de los otros dos jugadores.
Se puede dar la situación incluso de que los tres inicien el curso liguero con el Espanyol –si es que comienza finalmente el 12 de septiembre, como está estipulado– pero dejen la entidad antes de la medianoche del 5 de octubre, cuando este año se cerrará excepcionalmente el mercado de verano.
En caso de que esto suceda, estas renovaciones sobre papel mojado no solo supondrían un grave perjuicio para alguno de los afectados, con quienes el tiempo del mercado juega lógicamente en contra, sino que además podrían no salirle gratis a un Espanyol que se vería abocado a tener que indemnizar a alguno de los tres jugadores por una rescisión del contrato, cuando no de un despido.
Se trataría, llegado a ese punto, de un gasto extra que haría mucho daño por lo innecesario del mismo, totalmente evitable sencillamente no habiendo ejecutado alguna renovación si no se creía ciegamente en ella, y porque el contexto actual obliga a estudiar cada euro que salga de las arcas, como se está comprobando con la contratación de Vicente Moreno.