SABADELL

Hidalgo, arquitecto de un sueño arlequinado hecho realidad

El técnico llegó hace poco más de un año y tres meses al Sabadell con el equipo a un paso de Tercera. 38 partidos le han bastado para devolverlo a Segunda.

PACO RODRIGUEZ

Antonio Hidalgo. Este es uno de los principales culpables de que el Sabadell esté ahora eufórico y festejando el ascenso a Segunda División. El técnico arlequinado es el arquitecto de un conjunto competitivo, fiable y ganador. Él fue quien lo salvó del descenso a Tercera y un año, tres meses y 19 días después de su debut lo ha devuelto al fútbol profesional. Sin duda, uno de los mejores aciertos de la directiva actual fue confiar en él para hacer resurgir de las cenizas al primer equipo.

La mano de Antonio Hidalgo en el Sabadell no tardó en hacerse notar, tampoco había tiempo para dejar verlas venir, porque el club le llamó en un momento extremadamente delicado. El curso pasado fue una montaña rusa de emociones y él fue el tercer entrenador tras las destituciones de Toni Seligrat y Kiko Ramírez. Debutó en la jornada 32, el equipo ocupaba puestos de descenso a Tercera y era vital reaccionar. Su estreno no fue idílico porque cayó en Badalona (2-0) el 7 de abril de 2019. Aunque sirvió para tomar impulso porque a partir de entonces, el bloque empezó a tener unas correctas bases de juego y obtuvo buenos resultados. Tocó esperar a la última jornada, a domicilio ante el Olot (0-2), para sellar la permanencia, pero se obró el milagro. En verano, Hidalgo siguió confiando en gran parte del bloque y el club convenció a jugadores importantes, como Ian Mackay y Manu Lanzarote, para intentar vivir un curso tranquilo. El objetivo, a priori, no era ascender a Segunda. Pero desde el inicio, pese a la derrota en la primera jornada contra el Castellón, el equipo funcionó y la ilusión y el hambre no desaparecieron de la Nova Creu Alta. Se llegó a liderar el grupo 3 de Segunda B durante muchas jornadas y se ganó el billete para el playoff exprés. Entonces, tras el confinamiento, Hidalgo preparó a su grupo mental y físicamente para dar tres pasos que les devolvieran a Segunda y la tarea se cumplió a la perfección.

El 3-5-2, con el deseo de controlar el balón y ser ofensivo, es la mejor seña de identidad de Hidalgo, pero también destaca por su gestión del vestuario y la confianza que da a su plantilla. Su pasado como futbolista de élite le está ayudando y cuenta, como mano derecha, con Juvenal. 38 partidos en el banquillo del Sabadell (18 victorias, nueve empates y 11 derrotas) le han bastado para, primero salvar al equipo de un descenso, y ahora sellar el anhelado regreso a Segunda. Sin duda, se mantendrá en el cargo un año más y ya ha comentado que no es partidario de hacer una revolución. Habrá altas y bajas, por supuesto, para afrontar el curso en la categoría de plata del fútbol español, aunque la base será la que acumula dos milagros seguidos. La carrera de Hidalgo como entrenador está siendo meteórica y tocará estar atento a ver qué le depara el futuro. Es íntimo amigo de Xavi Hernández y su staff técnico, tal y como ha desvelado este lunes en una entrevista en L’Esportiu, y quién sabe si en uno años se le ve en el banquillo del Barcelona junto a Xavi. Pero de momento, toca disfrutarle en Sabadell. Su objetivo inmediato, consolidarlo en Segunda.

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