FUENLABRADA | LA INTRAHISTORIA

"Esto huele a podrido"

Los jugadores han cocinado durante horas el comunicado que han emitido esta tarde y en el que la palabra "indignación" estaba en mayúsculas en el primer párrafo.

CabalarEFE

La plantilla del Fuenlabrada fue informada por sorpresa esta mañana de que se celebraría una videoconferencia en la que participarían el presidente, Jonathan Praena; la directora general, Patricia Praena; y el director deportivo, Miguel Melgar. En la misma, el mismo Melgar comunicó a los jugadores que había sido informado por LaLiga y la FEF de que el 16 de agosto era, sí o sí, la fecha límite para que finalizase la competición de Segunda División. Praena había mandado un mensaje previo a los jugadores en los que se sentía seguro de que se jugaría: "Tenemos dos partidos, contra el Depor y contra el Covid".

Pero a los futbolistas no les cuadraban las fechas. La plantilla del Fuenlabrada tenía que cumplir la cuarentena hasta el 2 de agosto, por lo que el Depor-Fuenlabrada no podía jugarse, como mínimo hasta el día 3. Pero había más. Los servicios médicos de la plantilla recalcaron en la reunión que necesitarían 48 o 72 horas desde ese 2 de agosto para contrastar los resultados de las últimas pruebas a las que se sometiese la plantilla. Eso, sin ni siquiera contar con que algunos no podrían ni entrenar antes de volver a jugar...

Todavía empezó oler más a quemado cuando Praena informó a los jugadores de que, si LaLiga no les esperaba, aceptarían la decisión, renunciarían a jugar y no denunciarían al órgano que preside Javier Tebas. Además, añadió que sobre martes y miércoles habría una decisión definitiva. Curiosamente, LaLiga publicó minutos después el comunicado anunciando que el Fuenlabrada renunciaba (?) a jugar el partido pendiente. Esa fue la bomba que hizo explotar todo en el hotel Finiesterre de A Coruña. "Huele a podrido", fue el eslogan que corrió como un reguero de pólvora por las habitaciones.

Los jugadores cocinaron durante horas un comunicado emitido esta tarde y en el que la palabra "indignación" estaba en mayúsculas en el primer párrafo. Los futbolistas se consideran los únicos perjudicados y exigen a LaLiga jugar, aunque sea sólo con los futbolistas disponibles. Pero también se lo exigen a su club ("defender los intereses de la plantilla"). "Nos lo hemos ganado en el terreno de juego durante las anteriores 41 jornadas", añaden. Los jugadores amenazan con emprender acciones legales.

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