El año en el que la Liga pasó a tener 22 equipos
Tras la petición del Deportivo y Numancia de tener una Segunda División con 24 equipos, echamos la vista atrás sobre el último caso similar en el fútbol español.
La actualidad del fútbol español continúa marcada por la cancelación por positivos en COVID-19 del Deportivo-Fuenlabrada, partido en el que se decidía buena parte tanto del ascenso como del descenso de la Segunda división. LaLiga tomó la decisión de que el resto de la jornada se jugase, lo que para muchos supuso una adulteración de la competición al no respetar el principio de igualdad que implica que los partidos de las últimas jornadas se jueguen en un mismo horario.
El cruce de declaraciones entre LaLiga y los clubes ha sido constante y mientras Javier Tebas, presidente de LaLiga, declaró tajantemente que no se va a repetir la jornada y que intentarán que el partido restante se juegue, el Deportivo y el Numancia, ambos descendidos, han propuesto la idea de ampliar la Segunda división a 24 equipos, conservando así la categoría.
Esta posibilidad de ampliación recuerda a un episodio que se vivió en España hace 25 años y al que merece la pena mirar atrás en esta situación. En 1995 la LFP, actualmente LaLiga, exigió a los equipos presentar un aval correspondiente al 5% del presupuesto de cada equipo que funcionaba como una provisión de posibles deudas futuras. Algo que no tenía que causar mayor problema, pero la sorpresa saltó cuando el organismo decidió el 1 de agosto decretar el descenso administrativo del Sevilla y del Celta por un retraso de la presentación de una transferencia de 85 y 45 millones de pesetas respectivamente. En consecuencia, el Albacete y Valladolid, equipos que junto al Logroñés habían perdido la categoría en el campo, fueron invitados a permanecer en primera división.
Las consecuencias no se hicieron esperar y es que la decisión cayó como un jarro de agua fría en Sevilla y en Vigo después de que ambos equipos hubiesen realizado una buena temporada clasificándose los andaluces a Europa y salvándose del descenso los gallegos. La primera reacción fue que el Sevilla envió un talón de 85 millones sin firmar por fax, documento al que no se le dio validez. Además, el equipo andaluz alegó que en 1991 habían realizado una transferencia de 340 millones de pesetas que servía como aval durante cinco años, a lo que la LFP respondió que este tenía que ser renovado cada año.
Por su parte el Celta harto de explicar que todo se debía a un error ya que habían enviado a los avales correspondientes a la temporada 94-95 en vez de la 95-96 y que el día dos iba a llegar el documento correspondiente, algo que no llegó a ocurrir.
La afición invadió las calles
La situación parecía no tener solución. La Liga de Fútbol Profesional insistía en que en caso de queja el Sevilla y el Celta debían acudir al CSD, mientras este afirmaba que en conformidad con la ley el único recurso posible era acudir ante los tribunales ordinarios. Fue el momento en el que las aficiones de ambos equipos tomaron un papel crucial para la salvación de sus clubes.
En Sevilla más de 25.000 personas salieron a la calle para exigir que su equipo era de Primera división. En Vigo la afición del Celta siguió esos mismos pasos ejerciendo una presión máxima a la LFP. El problema no solo estaba en pensar si se readmitía a los dos equipos, sino en que tampoco se veía posible quitar la permanencia que el Albacete y Valladolid se "hábían ganado" en los despachos.
Tan tensa era la situación, que dos semanas después, el 16 de agosto de 1995, mediante una asamblea extraordinaria la Liga de Fútbol Profesional decidió que los cuatro equipos se iban a mantener en Primera división que pasaba así a estar formada por 22 equipos. Esta cantidad de equipos se mantuvo durante la temporada 1995-1996 y la siguiente, 1996-1997, pero en esta última ya se decretó que descenderían un total de cuatro clubes de forma directa mientras que ascenderían dos. Hubo una plaza en primera división más en juego que fue la de promoción que se consiguió llevar el Mallorca, tercer clasificado de segunda, ante el Rayo Vallecano que había quedado en el decimoctavo puesto.
De esta forma, la temporada 97-98 ya se disputó con 20 equipos en Primera y 22 en Segunda, sistema que se mantiene hasta el día de hoy a no ser que la propuesta del Deportivo y el Numancia prospere, lo cual no parece probable. Curiosamente en estas dos temporadas tan poco normales del fútbol español, el Albacete y el Sevilla, dos de los cuatro equipos involucrados en todo el lío, descendieron de la máxima categoría. El esfuerzo de la afición sevillista permitió que al menos esto se produjese en el campo.