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BARCELONA - ESPANYOL

Crueldad entre vecinos

El Barcelona puede mandar hoy a Segunda al Espanyol pero el 1-4 de La Cerámica y el ventilador del VAR no ocultan que LaLiga se va para el equipo azulgrana.

Entrenamiento del Barcelona.
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El fútbol tiene guiños históricos. Salvo sorpresa mayúscula, el Barça consumará esta noche el primer descenso a Segunda División del Espanyol en los últimos 27 años (sigue el partido en directo en As.com). Nadie puede esconder que aún está latente la rivalidad entre ese Barça que se apoderó del relato hace ya muchas décadas, y el Espanyol, que ha sido engullido hasta reducirse a lo que quiso llamar "maravillosa minoría" por más que haya querido resistirse. Pero tampoco puede esquivarse que la rivalidad entre vecinos tiene un punto de sensibilidad. Y lo de hoy, si se consuma, será cruel. Tal vez sea así mejor, en la intimidad. Y mucho mejor si, como Bartomeu ayer, no se hace sangre de la terrible herida perica. Aunque, debe ser destacado, hay quien preferiría el escarnio a la condescendencia. Eso querría decir que la chispa sigue encendida.

Barça y Espanyol están separados por 49 puntos en la tabla, así que deportivamente el partido, en principio, va a tener muy poca historia. Pero eso no significa que el Barça esté cumpliendo los objetivos. El 1-4 en Villarreal, la catarsis del tridente con el nuevo dibujo para encajar a Griezmann, y el ventilador del VAR activado a la máxima potencia no pueden tapar el sol, que es que el Barça va camino de su primera temporada en blanco en muchos años. Fracasado en la Supercopa y la Copa, y a expensas de un milagro en LaLiga, sólo le quedará la Champions, que es una diabólica moneda al aire. En apariencia, Setién repetirá el experimento del 4-3-1-2 para ver si agarra. También puede dar su cuota a la cantera con Riqui Puig, que ha mamado la rivalidad.

El Espanyol, mientras, está cerrando el círculo del sainete. Rehusó la protocolaria y tradicional foto de los entrenadores con todo lo que se ha pasado estos meses como para rechazar actos deportivos; no anunció de forma oficial la hora del entrenamiento y, en lugar de enfrentarse al drama con gallardía, está ridiculizándose por momentos. Es un buen día para sacar el orgullo. El vecino está obligado a ser cruel.