EL Lugo de Juanfran revive ante un Numancia romo

No vamos a tirar del tópico de que el entrenador nuevo trae una victoria segura, a pesar de que así fue. Lo que también trajo Juanfran al Lugo fue unos bríos que los lucenses parecían haber perdido, vaya usted a saber si por el cambio de dibujo, la novedad del nuevo míster o la presencia de Peybernes en defensa y Manu Barreiro compartiendo delantera con Herrera. No hubo tantas novedades en un Numancia que lleva toda la temporada proponiendo mucho más de lo que luego recoge, y al que una defensa floja condenó a perder el partido. La primera parte comenzó como se esperaba entre dos equipos que se juegan la vida.

Precauciones e intentar minimizar errores. El plan del Numancia, más conservador, saltó por los aires a los once minutos cuando Bernardo Cruz decidió echar literalmente una mano a sus excompañeros. Penalti claro y gol de Manu Barreiro, que despejó al Lugo y noqueó al Numancia. Los albivermellos, que estrenaban entrenador y sistema, percutían con juego vertical mientras que a los sorianos les costaba llegar al área de Cantero.

A pesar de la mejoría visitante con el paso de los minutos, el Lugo no se descompuso y llegó al descanso por delante, algo que no se producía desde la vuelta de la competición. Si la primera parte terminaba bien para los locales, la segunda comenzó mejor. A los tres minutos, una falta botada por Rahmani la remató, poderoso, Marcelo Djaló para hacer el segundo. El golpe, que sería definitivo para muchos, no tumbó al Numancia, que a la hora de partido acortó distancias con un gran remate de Marc Mateu a centro de Calero, que el VAR validó tras larga consulta.

El gol dio alas al Numancia, mientras que los albivermellos buscaban una contra que matase el partido. Fueron los locales los que, en el descuento, encontraron el premio en jugada individual de Carrillo. Los lucenses se reencuentran con la victoria y se enganchan a la pelea por la permanencia, dando caza al Numancia al que además le iguala el golaveraje particular. Juanfran debutó con victoria, y eso ya es mucho decir.