Avilés, primer canterano del Leganés que marca en Primera
El golazo del extremo ante Osasuna le permite seguir acumulando hitos. También fue el primer canterano en debutar en la élite.
Javier Avilés lleva tiempo reclamando pedacitos de historia del Leganés. Este extremo de 22 años recién renovado hasta 2024 ya se convirtió a principios de la presente temporada en el primer canterano que debutaba en Liga con los blanquiazules desde su ascenso a la élite. Jugador integrado ya en la dinámica del primer equipo desde la reentré, ayer jugó por primera vez más allá de minutos sueltos. Javier Aguirre lo desplegó en el césped tras el descanso y el chaval respondió, de nuevo, con un pedacito de historia. Su gol (golazo) es el primer que marca un canterano con el Leganés en Primera División.
El tanto no era sencillo por varios motivos. El primero, por su ejecución en sí. Un trallazo lejanísimo que cogió caída libre apenas salió de la bota de su ejecutor. Los rivales rojillos le dejaron pasar como si su dorsal de recién llegado al gran circo fuera garantía de que no la liaría. Pero la lío.
También su gol fue relevante porque, en este Leganés famélico de puntería, por fin alguien se atrevía a romper el monopolio que parece haber instaurado Óscar Rodríguez. Excluyendo al de Los Navalmorales, Avilés se convertía en el quinto goleador de la plantilla blanquiazul en Liga tras Carrillo, Omeruo, Roque Mesa y Kevin. Ahora Avilés, hasta ahora jugador del filial de Tercera, se une al elenco.
Avilés, además, también es el primer canterano del Lega que marca un gol, ya no sólo en Primera, sino en los últimos años. Sergio Postigo, ahora en el Levante, fue el último futbolista salido de la casa que fue capaz de ver puerta en otra portería. El central vio puerta por última vez con la zamarra blanquiazul el 16 de mayo de 2015 ante el Sabadell. Han pasado más de cinco años.
La aportación de Avilés, con todo, no se quedó sólo en el gol. Apenas salió puso un centro milimétrico que Guerrero mandó de cabeza fuera por poco. Esa acción, ese centro, le hizo ganar confianza para lo que vino después, que fue el gol. Después del tanto protagonizó varias internadas con peligro desde el costado diestro, casi siempre con centros envenenados.
Avilés fue la revolución de un partido cargado de amargura. El gol de Enrique Gallego en el 95' echó una enorme palada de tierra sobre la tumba de este equipo que, ahora sí más que nunca, parece en caída libre hacia la Segunda División.