“Qué mejor que un derbi para lograr nuestro primer triunfo en casa tras el parón”
Dani Torres explica a AS la importancia que tendría ganar al Huesca: “En este partido se puede dar un gran paso, no solamente en la clasificación, sino también en confianza y en esa seguridad que necesitamos”.
Daniel Torres (Cáqueza, Colombia, 15 de noviembre de 1989), que se define como un hombre de fe, asegura que tanto él como sus compañeros confían claramente en el ascenso directo: “Es una gran oportunidad en lo personal para seguir sumando. Sería una bendición para mí”.
—El pasado martes vivió su primera titularidad con el Real Zaragoza y completó un gran partido. ¿Usted cómo se encontró dentro del campo?
—La verdad es que muy bien. Después de tanto tiempo sin poder competir un partido completo fue una gran oportunidad y se pudieron hacer las cosas bien.
—Da la sensación de que se encuentra muy bien físicamente.
—Es en lo que me forjé en todo este tiempo, en tratar de mantenerme físicamente porque sabía que en algún momento se me iba a dar alguna oportunidad y hay que estar bien para poder aprovecharlas. Así que intento estar preparado físicamente y ya después puede ir bien, mal o regular, pero por lo menos estar bien físicamente es mi responsabilidad.
—A algunos jugadores les vino bien el parón y a otros mal. ¿A usted?
—Fue beneficioso porque además de poder disfrutar de mi esposa y mis hijos en casa, también pude fortalecer algunas partes de mi cuerpo y enfocarme en algunas debilidades que sabía que tenía y que me llevaban a que me costase hacer movimientos fluidos. Y cuando estás en competición no puedes hacer ciertos trabajos, así que el parón me ayudó en ese sentido.
—Víctor Fernández destacó su buena actuación en Almendralejo y también su profesionalidad y comportamiento durante los entrenamientos. ¿Qué supone para usted?
—Me llena de mucha satisfacción porque siempre he dicho que mi prioridad es ser el reflejo de lo que predico y de lo que dice la Biblia. Ese tipo de palabras, cuando te describen así, de alguna manera te confirman que están haciendo las cosas bien y que es el camino que tienes que seguir porque más allá de jugar un buen partido o no, lo principal es el reflejo que puedes dar y lo que sacas es lo que hay en tu corazón. La verdad es que es algo que me llenó de gozo.
—Al margen del confinamiento, algo que no esperaba nadie, ¿está yendo todo cómo usted esperaba y deseaba cuando llegó al Real Zaragoza?
—Quizás no como lo esperaba a nivel personal, ya que incluso aquí llevaba mucho tiempo sin competir y poder estar ahí como prioridad. Este parón me ayudó porque sin este parón creo que habría terminado la temporada sin tener mucha participación. A veces planeamos tantas cosas y la Biblia nos dice que vivamos el día a día y es la verdad. Nos podemos plantear muchas cosas de cara al futuro, pero al final no tenemos asegurado nada. Yo tenía muchas ideas en mente y esperaba hacer muchas otras cosas totalmente diferentes a lo que ha pasado, pero creo que ha sido para bien y he podido sacar el propósito por el cual han sucedido cada una de esas cosas.
—Cuando llegó ya estaba aquí Vigaray y a los pocos días también vino Burgui, con los que coincidió en el Alavés. ¿Eso le ayudó?
—Siempre es bueno poder compartir con personas con las que ya habías coincidido en otros equipos en los años anteriores. También he llegado a un vestuario que es muy tranquilo y que me recibió muy bien. Eso es algo bueno que te libera y te permite ser tú mismo para poder dar lo que puedes tener. Incluso te anima a hacer cosas que normalmente no pensabas que pudieras hacer. Te apoyan y te acogen y eso es algo fundamental para un jugador cuando llega a un equipo.
—Este grupo ha demostrado que es capaz de levantarse ante las adversidades, pero ¿en Almendralejo empezaron a notar toda esa presión que conlleva la necesidad de sumar los tres puntos en un momento decisivo?
—La presión siempre la va a tener un club como el Real Zaragoza por todo lo que representa: ciudad, afición e historia. Está claro que el margen de error era menor, pero mantenerse en los momentos de dificultad es una virtud que ha mostrado este equipo y que nos ha llevado a estar en la posición en la que estamos. Hay que intentar mantenerlo y aún será mejor si evitamos recibir este tipo de golpes y somos nosotros los que golpeamos en estas últimas jornadas para mantenernos en el objetivo y llegar a conseguirlo.
—El último partido, además de tres puntos de oro, dejó muy buenas noticias, como que ningún apercibido viera la amarilla, que algunos jugadores ya se acercaran al nivel de antes del parón, la solidez defensiva de la segunda parte o esa dosis de fortuna con ese larguero que pudo ser el 2-0 y que llevó al empate en la siguiente jugada.
—Yo soy un hombre de fe y todo lo que lleva mi vida está depositado en Jesucristo. En ese tipo de cosas, en las que no puedes tener un control total, es donde veo la mano de Dios y puedo ver cómo de alguna manera todo se alinea para tener esa esperanza y esa convicción de conseguir un objetivo. Ahí es donde pude ver ese respaldo en toda esta jornada y sé que seguirá siendo así hasta final de temporada.
—En estas cuatro jornadas el balance es de dos victorias a domicilio y dos derrotas en casa. ¿Han llegado al punto de preferir jugar fuera?
—No sólo nos ha pasado a nosotros, sino que es algo general, tanto en Primera como en Segunda. Nuestro deseo es poder revertir este tipo de resultados en contra en La Romareda, antes que preferir jugar a domicilio, y qué mejor que un derbi para lograr nuestra primera victoria en casa tras el parón.
—¿Cómo es eso de jugar sin público?
—Es totalmente diferente por el ambiente y apoyo que podemos tener cuando hay público. Eso es un plus, pero debemos adaptarnos a las circunstancias y saber que hay que intentar buscar un plus diferente al de la afición para poder seguir respondiendo como normalmente lo solemos hacer en cada encuentro.
—Han disputado cuatro partidos en once días. ¿Físicamente cómo está viendo al equipo?
—Cada vez nos acoplamos mejor a ese ritmo. Creo que ha sido muy importante todo, no sólo el trabajo en lo táctico y los entrenamientos, sino también el apartado de la alimentación y los médicos y los fisios. Todo ha sido un complemento que ha ayudado a que la adaptación haya sido mucho mejor.
—Por primera vez desde que se reanudó la competición están teniendo seis días de descanso e incluso el jueves guardaron fiesta. ¿Les va a venir bien?
—A priori nos viene muy bien tener ese espacio para poder descansar y estar con tu familia al menos ese día. Esperemos que se pueda notar a favor en el próximo partido.
—¿Cómo afrontan el derbi?
—Como hemos afrontado el resto de los partidos, como si fueran finales. Es la siguiente final que tenemos y el hecho de que se trate de un derbi lo adorna muy bien. Esperemos poder conseguir la victoria, que sería fundamental para esas aspiraciones que tenemos.
—¿Usted se ve de nuevo en el once?
—No pierdo la fe. No porque haya jugado el anterior partido, ya que incluso cuando no estaba siendo tenido en cuenta esperaba tener esa oportunidad de ser titular y ahora no va a ser la excepción.
—El Zaragoza va a cerrar la jornada y ya conocerá los resultados del Almería y el Cádiz. ¿Usted es de los que prefiere jugar antes o después del resto?
—Eso va a depender de cómo nos sintamos en el partido. A veces es bueno jugar con los resultados porque sabes cómo quedas si se da uno u otro resultado, pero también es cierto que llegas con cierta presión si tienes esa necesidad de ganar porque ves muy cerca a los demás. Eso ya lo veremos con el comportamiento del equipo, pero yo creo que va a ser algo bueno para nosotros.
—Cuatro jornadas después la clasificación está prácticamente igual. ¿Ganar supondría descartar al Huesca en la lucha por el ascenso directo?
—No se puede descartar a nadie y más tras lo visto en estos partidos. Hasta el final habrá que mantener esa tensión y saber que hay que ir partido a partido, aunque es cierto que en este encuentro se puede dar un gran paso, no solamente en la clasificación, sino también en confianza y en esa seguridad que necesitamos, mucho más en casa, que para nosotros es importante.
—Tras estas cuatro jornadas, ¿sigue confiando en el ascenso del Real Zaragoza?
—Sí, ése es el anhelo y el sueño que tenemos. Es un sueño al que yo me uní cuando llegué y claramente seguimos confiando en ese ascenso directo.
—¿Qué supondría para usted el ascenso?
—Sería una bendición para mí. El año pasado lo saboreé con el Albacete, pero no lo logré alcanzar y ahora lo tenemos muy cerca. Va a ser una gran oportunidad en lo personal para seguir sumando en lo que es mi carrera.
—¿Dónde se ve la temporada que viene?
—Este tiempo me ha llevado a vivir el día a día. Esperaré a que termine la temporada y ahí ya pensaremos qué será de nosotros.