Dos zarpazos de 'la Pantera' Sekou sentencian al Numancia
El Fuenlabrada se llevó los tres puntos en la visita del Numancia al Fernando Torres. Sekou Gassama fue la estrella sobre el verde con su doblete.
Sekou Gassama, con sus dos goles, fue el principal artífice de la victoria del Fuenlabrada ante el Numancia. Tres puntos que alejan a los azulones de los puestos de descenso y condena al Numancia a un final de temporada de infarto con la salvación como principal anhelo.
Antes de que el balón echase a rodar, los locales tuvieron un detalle con los trabajadores del hospital de Fuenlabrada, aquellos que continúan luchando contra el coronavirus. Los verdaderos héroes. Cinco sanitarios recibían las camisetas serigrafiadas para la ocasión y los aplausos de todos los allí presentes.
Ya con el balón sobre el cesped del Torres, el Numancia avisaba en el 4' con una jugada de estrategia que remató Bernardo abajo. El mismo Bernardo, junto con el delantero del Fuenlabrada Sekou, eran los protagonistas de la siguiente jugada destacable del duelo. Central y delantero se marcaban un baile bien ‘pegaos’ en el área pequeña. Agarrones y portes no faltaron. La danza acabó con Sekou en el suelo, pero el árbitro del encuentro, Pulido Santana, no sancionó penalti. Sin embargo, los azulones habían encontrado la forma de dañar a la porosa zaga soriana: los centros laterales y el juego directo.
En uno de estos balones desde la banda llegó la más clara para los azulones en los primeros veinte minutos. Hugo Fraile botaba una falta lateral y Pathe Ciss cazaba el balón para mandarla, mal que le pese a la parroquia azulona, al palo. Mientras, poco o nada de un Numancia demasiado dubitativo en defensa y con poco acierto con el balón en los pies.
Las imprecisiones y los centros laterales marcaban la pauta del partido cuando, en el 17’, Pathe Ciss, que dejaba el mono de trabajo y se ponía el sombrero de copa de los magos, asistía de primeras a un Sekou Gassama que, como ya pasó en su primer gol como azulón, dominó a su par con su gran físico para después poner el balón en la escuadra con un potente tiro. O un zarpazo, según como se mire viniendo de ‘La Pantera’.
El tanto local despertó del letargo a los de Carrión. Sola, el peligro de los sorianos en el primer tiempo, remataba solo un córner. No hubo suerte para los sorianos. Tampoco la hubo en el intento de Higinio, que se marchó fuera, minutos después. Tras estas intentonas, las interrupciones y los fallos volvían a apoderarse del enfrentamiento hasta que el árbitro decretaba el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
El segundo tiempo empezó con un Numancia con picante y mordiente lo que vistió las primeras ocasiones de esta parte de color rojillo. En el 47’, los sorianos ya cantaban gol tras una sutil vaselina de Higinio cuando Chico Flores se vestía de héroe (no sólo por ese color de pelo a lo superhéroe americano) para salvar el balón bajo la línea. Minutos después, Higinio volvía a tener una ocasión clara para los suyos, pero esta vez Pol Freixanet, que se hizo gigante en su salida, desbarataba la oportunidad visitante.
Y cuando mejor estaba el Numancia; la suerte, ese ingrediente tan especial del deporte rey, hizo acto de presencia en el Torres. Sekou ponía el segundo gol en su cuenta personal y en la de los azulones en el 54’. Esta vez, el senegalés no tiró de potencia sino de técnica: recortaba a Escassi y la colocaba al palo contrario del portero. Segundo zarpazo de ‘La Pantera’ y el Torres convertido cada vez más en su selva.
Este segundo tanto supuso para el Numancia el golpe de K.O aún con más de media hora por disputarse. Los rojillos movían el balón de lado a lado, pero sin el peligro que atesoró su juego en los primeros minutos de esta parte. Además, los jugadores del Fuenlabrada se mostraban cómodos con en la tela de araña diseñada por Sandoval. Sólo un feo choque entre Admonio e Ibán Salvador, el mediapunta tuvo que abandonar en camilla el verde, agitó un partido ya dormido.
De esta manera, los tres puntos se quedaron en el Fernando Torres y el Fuenlabrada da un paso importante para cerrar el objetivo, la salvación. O en otras palabras, alargar el sueño profesional otra temporada más con el presupuesto más bajo de Segunda División.