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REAL MADRID - EIBAR

Casa nueva, vida nueva

Hazard, Asensio y el Di Stéfano, grandes novedades del Madrid de la postpandemia. Benzema se queda sin relevo. El Eibar llega con el descenso en los talones.

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Casa nueva, vida nueva
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Nada, salvo la clasificación, está en el mismo sitio en que lo dejó el fútbol hace tres meses. El Madrid entró en cuarentena entregando el liderato con una derrota ante el Betis y después de una sola victoria en los tres partidos precedentes. Al Eibar el agua le llegaba al pecho. Su partido ante la Real (aplazado en su día por el incendio en el vertedero de Zaldibar, curiosamente el pueblo de Mendilibar) fue el último antes de la reclusión mayor y ya se jugó a puerta cerrada, por lo que le sonará menos extraño ese fútbol silencioso que se avecina. Retoma la competición con sólo dos puntos de margen sobre el descenso y ocho menos de los que tenía a estas alturas la temporada pasada.

El Madrid ha aprovechado mejor el tiempo con la recuperación de dos futbolistas que daba casi por perdidos para esta causa: Asensio y Hazard. Los dos formaron, con Benzema, el primer tridente del curso en un amistoso de julio frente al Bayern. Eran el plan A de Zidane, obligado después a pasar el año improvisando. El 24 de julio, frente al Arsenal, Asensio entró en el descanso, marcó en minuto 58 y se fue en el 64 con el cruzado roto. Desde entonces han pasado 327 largos días.

El recinto polideportivo de 1910 estaba ubicado en el actual número 105 de la calle madrileña Arturo Soria. Fue sede de la Escuela Española de Educación Física y lugar de celebración de diferentes campeonatos de España de ciclismo. El Real Madrid jugó desde 1923 hasta 1924. Con la llegada del fútbol se transformó en el primer campo de hierba de España con una capacidad de 8.000 espectadores. En la imagen, una panorámica del recinto y el mapa de dónde estaría en la actualidad.
Después del breve paso por el Velódromo de Ciudad Lineal, el club compró unos terrenos en las afueras de aquel Madrid, en la localidad de Chamartín de la Rosa (hoy anexionado a la capital). El equipo quería construir su propio estadio ante la creciente afición. Tras la Guerra Civil Española quedó en muy mal estado y hubo que invertir de nuevo para volver a ponerlo en marcha. El recinto estaba ubicado en la parte de lo que hasta hace poco se conocía como la Esquina del Bernabéu. En la imagen, la panorámica del estadio Chamartín y el mapa de dónde estaría en la actualidad.
Las cosas del destino hicieron que el Real Madrid jugase la temporada de 1946-1947 y cinco partidos de la temporada siguiente en el estadio del eterno rival de la capital. El Atlético Aviación (actual Atlético de Madrid) tuvo que compartir su estadio. El club adquirió en 1944 más terrenos colindantes al estadio de Chamartín con la intención de hacer un nuevo estadio con más capacidad (el actual Santiago Bernabéu). En la imagen, una panorámica del estadio rojiblanco y una instantánea de un partido entre ambos equipos, y el mapa de dónde estaría en la actualidad el antiguo Metropolitano.

Casa nueva, vida nueva

Velódromo de Ciudad Lineal (1923-1924)

El recinto polideportivo de 1910 estaba ubicado en el actual número 105 de la calle madrileña Arturo Soria. Fue sede de la Escuela Española de Educación Física y lugar de celebración de diferentes campeonatos de España de ciclismo. El Real Madrid jugó desde 1923 hasta 1924. Con la llegada del fútbol se transformó en el primer campo de hierba de España con una capacidad de 8.000 espectadores. En la imagen, una panorámica del recinto y el mapa de dónde estaría en la actualidad.

Foto:Google Maps

Estadio de Chamartín (1924-1947)

Después del breve paso por el Velódromo de Ciudad Lineal, el club compró unos terrenos en las afueras de aquel Madrid, en la localidad de Chamartín de la Rosa (hoy anexionado a la capital). El equipo quería construir su propio estadio ante la creciente afición. Tras la Guerra Civil Española quedó en muy mal estado y hubo que invertir de nuevo para volver a ponerlo en marcha. El recinto estaba ubicado en la parte de lo que hasta hace poco se conocía como la Esquina del Bernabéu. En la imagen, la panorámica del estadio Chamartín y el mapa de dónde estaría en la actualidad.

Foto:Google Maps

Stadium Metropolitano (1946-1947)

Las cosas del destino hicieron que el Real Madrid jugase la temporada de 1946-1947 y cinco partidos de la temporada siguiente en el estadio del eterno rival de la capital. El Atlético Aviación (actual Atlético de Madrid) tuvo que compartir su estadio. El club adquirió en 1944 más terrenos colindantes al estadio de Chamartín con la intención de hacer un nuevo estadio con más capacidad (el actual Santiago Bernabéu). En la imagen, una panorámica del estadio rojiblanco y una instantánea de un partido entre ambos equipos, y el mapa de dónde estaría en la actualidad el antiguo Metropolitano.

Foto:Google Maps
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Tampoco le fue bien a Hazard. Se abandonó exageradamente durante el verano y tardó demasiado en coger el tono. Después sufrió una lesión muscular y dos fisuras. Entre una y otra jugó dos partidos y sólo sumó quince apariciones en todo el curso (y un solo gol), la última el 22 de febrero. En la postpandemia presenta otra silueta y otro estado de ánimo. En el club le ven ahora como el remolque de un equipo bipolar. Volverá esta tarde en el Di Stéfano, un campo pensado para el fomento de la cantera. Ocho jugadores del primer equipo pasaron por allí al comienzo de sus carreras. También lo conoce Ramos, que ya estaba en el Madrid el día de la inauguración (2006), con Zidane como compañero, frente al Stade de Reims en amistoso muy sentimental. Será la casa del Madrid hasta final de temporada, mientras reforma el Bernabéu, para hacer aún más inhóspita esta recta final.

En el regreso, el Madrid ofrece una flaqueza recurrente. Lesionados Jovic y Mariano (además de Nacho y Lucas Vázquez, la infantería de otro tiempo), un estornudo de Benzema desatará el estado de alarma.

Un Eibar amenazado

Enfrente tendrá al Eibar, quizá el equipo más singular del campeonato: ningún otro recupera tan arriba ni juega tan en largo (22,2 metros como media en sus pases) y mete tantos centros al área como el Madrid. Y allí encuentra su perdición. Ha metido únicamente 27 goles. Sólo cuatro equipos han marcado menos que él y lo que es peor, sólo tres han encajado más.

Esa falta de eficacia en las dos áreas le pierde respecto a temporadas anteriores. El curso pasado no bajó del puesto 13 en toda la segunda vuelta. En este, no ha subido del 15 y encadena una muy mala racha: una victoria en ocho jornadas. Tampoco ha ganado nunca en el Bernabéu y no podrá contar con Escalante, sancionado, ni Ramis, lesionado.

Su gran activo es Mendilibar, un técnico tan singular como el juego del equipo. Fue crítico con el VAR (“Eso no es fútbol”) y lo es ahora con este final burbuja que nos espera. No le gustan los estadios vacíos, ni los cinco cambios, ni la cortísima preparación en grupo, ni la prolongación de los contratos, ni la incertidumbre de no saber qué pasará si proliferan los positivos. En cierto modo es un romántico del fútbol de siempre, en el que no triunfó como jugador: “Tenía buenas condiciones, pero no creía en mí. La responsabilidad me podía en la competición y no rendía igual”.

Su Eibar es el segundo peor visitante de LaLiga, pero el Madrid tampoco puede presumir de local. Se ha dejado cuatro empates en el Bernabéu y ahí ha perdido la ventaja que le sacó fuera al Barça. Un torrente de datos que no cuentan para hoy, una especie de kilómetro cero a final de trayecto.