El Promesas conocerá a partir de este lunes a su rival por el ascenso
El filial del Real Valladolid sigue preparando el playoff con la mayor de las ilusiones, aun sabiendo de la dureza de los equipos que puede tener enfrente.
El Real Valladolid Promesas ha completado su segunda semana de entrenamientos preparatorios del playoff de ascenso a Segunda que disputará en julio en una sede aún por concretar. Por delante le queda más de un mes de pretemporada y de conocimiento del rival, puesto que pronto, a partir de mañana lunes, sabrá a quién se enfrenta en la primera eliminatoria; si al Ibiza, al Marbella o al Barcelona B.
A falta de que se le dé oficialidad al sorteo (previsto inicialmente para el 8 de junio, aunque podría acabar retrasándose), en el vestuario del filial no hay un favorito. Los pupilos de Javi Baraja conocen la extrema dificultad de cualquiera de los tres rivales, todos con sus más y sus menos. Desde ese respeto, la ilusión es máxima por avanzar de ronda se juegue contra quien se juegue, coinciden en afirmar, optimistas con la posibilidad de que un pase en esa primera eliminatoria pueda suponer un impulso quién sabe si decisivo.
La chispa en los ojos de los blanquivioletas demuestra que ese es el sueño, con el que coinciden en las oficinas, y el motor que ha permitido que las dos primeras semanas de trabajo se hayan desarrollado con la máxima concentración a pesar de lo atípico de las sesiones. El Promesas, que se está ejercitando en Zaratán para no coincidir con el primer equipo, arrancó con una pléyade de juveniles, a imagen y semejanza del primer plantel, con entrenamientos individuales, que dieron paso este pasado lunes a las primeras sesiones grupales.
Sin Samu Pérez, Gaizka Campos, Diego Alende, Kike Pérez y Miguel de la Fuente, que siguen a las órdenes de Sergio González, pero con Stiven Plaza y con una decena de jugadores del División de Honor (varios de los cuales ya han entrado en alguna convocatoria o, como Iker y Slavy, incluso han debutado), la idea es "trabajar con cabeza, pero siempre pensando en el playoff", decía días atrás Raúl Navarro, uno de los capitanes, en los canales oficiales del club.
Mucho queda por delante hasta que el 18 de julio ruede el balón, y "la ilusión de competir como hasta ahora" de la que habla Baraja difícilmente desaparecerá. El calor, coinciden desde el vestuario, puede ser un hándicap, al que, no obstante, no temen. Otro condicionante del que hablan es el de la juventud, que puede jugar a su favor después de tanto tiempo de actividad. "Aunque todos son muy buenos", repiten como mantra antes de conocer a quiénes tendrán enfrente. E incluso los más jóvenes tienen hambre. Ganas de que empiece a rodar el balón y, sobre todo, de rizar el rizo y seguir haciendo historia en unos playoff soñados.