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LEGANÉS

Los siete retos del Leganés tras la renovación de Txema Indias

El director deportivo del Leganés y la dirección deportiva se enfrentan a un buen puñado de asuntos sensibles. Todos con el handicap de no saber en qué categoría jugará.

Los siete retos del Leganés tras la renovación de Txema Indias
Enrique de la FuenteGTRES

El Leganés anunció este viernes la renovación de Txema Indias hasta final de la próxima temporada. Un año más de contrato que extenderá el vínculo entre el guipuzcoano y el club hasta su sexta campaña con una perspectiva nada sencilla. Con el club a medio camino entre Primera y Segunda ("Hay que estar preparados para ambos escenarios") la incidencia del presente curso ha sido profunda en una plantilla con los mismos cedidos (doce) que jugadores en propiedad, algunas deficiencias notables por posición y la incógnita del banquillo como sus asuntos principales... aunque no los únicos.

Estos son los siete retos del Leganés tras la renovación de Txema Indias:

1.- Se busca inquilino de banquillo

El Leganés aún no sabe quién será su entrenador la próxima temporada. Javier Aguirre firmó hasta el presente de la actual y lo hizo sin cláusula alguna de renovación en caso de permanencia. La continuidad en la élite no garantiza que el Vasco siga en Butarque, aunque ayudaría, porque el descenso de categoría haría casi imposible que siguiera. La salvación tampoco haría inmediato que el Vasco diera el sí quiero.

Aunque el entrenador siempre ha manifestado que es feliz en Butarque, no regalaría su renovación, más después de la hipotética hazaña de seguir entre los primeros. Las formas del club en la negociación de los recortes, amén de otros factores, también serían tenidos en cuenta.

El Leganés ya admitió que se equivocó al tardar tanto en contactarle y no haberse apoyado más en él en el diálogo con la plantilla. Si el mexicano decidiera no seguir, el club tendría que buscar nuevo técnico (en Primera o Segunda) en tiempo récord para montar un nuevo proyecto con apenas tiempo para iniciar el curso que viene.

2.- Más jugadores en propiedad

El último mercado invernal y la normativa de la RFEF (caso Braithwaite) adelgazaron notablemente el número actual de jugadores propiedad del equipo en la primera plantilla hasta doce. Cierto es que los cedidos en otros equipos (once en total) compensa para el futuro esa tendencia, pero muchos de esos hombres a préstamo tendrán complicado hacerse un hueco si el equipo se queda en la élite.

Este panorama no solo obliga a realizar un elevado número de fichajes en caso de permanencia, sino también fuerza intentar que muchos sean jugadores en propiedad, para compensar esa falta de jugadores propios. No será sencillo en el mercado post COVID-19 que se dibuja, aunque el Leganés goza de una buena salud económica precisamente por las marchas de En Nesyri y Braithwaite.

A este respecto, un dato: cinco jugadores (algunos clave) terminan contrato la campaña que viene. A saber: Cuéllar, Rosales, Siovas, Bustinza y Tarín.

3.- Evitar salidas

Entre los doce jugadores que todavía tienen contrato se encuentran jugadores que han mantienen un caché alto pese a la temporada global del equipo. Hombres como Jonathan Silva o Siovas son los casos más consolidados de este perfil.

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PABLO MORENOLALIGA

Futbolistas con posibilidades de mercado que, en caso de abandonar Butarque, debilitarían más al equipo en la élite. Precisamente por el anhelo de reforzar el núcleo en propiedad del grueso, retenerlos (también a otros, pero en especial a nombres tan relevantes) será otra de las tareas para Txema Indias y la dirección deportiva.

4.- Retener a cedidos

En la cohorte de cedidos que conforma la plantilla del Leganés hay hombres que han dado un notable rendimiento y que, en caso de permanencia, el club no vería con malos ojos retener. Algunos nombres, como Guerrero o Kevin Rodrigues, emergen como opciones factibles. También Ruibal, aunque los madrileños, de querer retenerlo, seguramente renegociarían los 2,5 millones d euros que figuran en su opción de compra. Otros como Óscar Rodríguez o Awaziem parece inviable que sigan precisamente por su gran temporada. Otros grandes de España y Europa llaman a su puerta. Son asuntos complejos.

De los cedidos algunos continuarán en Leganés si los pepineros se quedan en Primera. Es el caso de Assalé, con una cláusula de compra obligatoria en caso de permanencia y disputar un número determinado de partidos que ronda los seis millones de euros. Sería el fichaje más caro en la historia del club.

5.- Reconstruir la delantera

Con la salida de En Nesyri y Braithwaite, el Leganés dijo adiós a sus dos jugadores franquicia. Los dos conformaban una delantera que ahora se repartirá entre un equipo de Champions League (el Barça) y otro de Europa League (el Sevilla). Parece broma viendo que el Leganés navega en las aguas revueltas del descenso.

El caso es que con su marcha el Lega se quedó sin sus delanteros de referencia para el curso actual y para el futuro. Porque ni Guerrero, ni Carrillo están en nómina pepinera. Aunque alguno de los dos pudiera seguir, lo cierto es que la búsqueda del nueve será una tarea compleja para un Leganés que hace sólo un año creía tener delantera para varios cursos.

6.- Una portería con más competencia

El Leganés ha visto como en Primera, con la excepción de su temporada inaugural, Cuéllar siempre ha sido su dueño intocable. Al portero extremeño le resta un año de contrato después de una campaña, la actual, marcada por algunos problemas físicos (lesiones e infortunios) que lo han apartado de la titularidad en muchas ocasiones.

Ante este panorama, Juan Soriano ha mostrado un rendimiento irregular. El club es consciente de que ayudaría para cursos venideros (sobre todo si hay permanencia) aumentar la competencia en un puesto que siempre ha sido agitado al sur de la capital.

7.- Se buscan bandas en Butarque

El modelo de juego que implantó Mauricio Pellegrino (5-3-2) provocó que el Leganés despoblara su plantilla de jugadores de banda en ataque. Los extremos pasaron a ser especie en extinción con salidas sonadas como la de El Zhar (había renovado sólo un año antes) y sólo un jugador (Arnáiz) puro de estas características en la plantilla. Aunque el mercado (Assalé, Bryan Gil) y la pizarra de Aguirre (Ruibal) han permitido atenuar esta situación, lo cierto es que el problema continúa. Equilibrar la plantilla por las alas será también asunto capital.