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ESPANYOL

Vargas cumple la moratoria del primer año en Europa

El fichaje más caro hasta la llegada de RdT no ha rendido al nivel esperado en su estreno, al contrario que los argentinos que dejaron huella en el Espanyol.

Matías Vargas.
GORKA LEIZA

El Espanyol pagó en julio 10,5 millones de euros a Vélez Sarsfield por Matías Vargas, un extremo desequilibrante que brillaba en Argentina por su juego despampanante, un verso suelto repleto de regate, velocidad y determinación cuando se acercaba a la portería: jugó 77 partidos, con 16 goles y 15 asistencias en los tres últimos años. Una apuesta de futuro (en mayo cumplirá 23 años) la de un futbolista que ya ha sido citado por la absoluta, pero cuyo aterrizaje en Europa no ha sido el esperado, víctima también de la inestabilidad de un Espanyol colista y con hasta tres entrenadores y tres formas de jugar distintas.

Vargas acumula 28 partidos entre LaLiga, Europa League y Copa del Rey, pero solo 19 de titular, con el resultado de tres goles, todos ellos en la competición continental. En LaLiga, sus números se constriñen. Solo diez partidos de inicio y sin ver portería. "Si yo no participo en un gol, marcándolo o en una asistencia considero que un partido fue mal, independientemente de lo que haya hecho", declaró recientemente en una entrevista a Skoda.

Un rendimiento que puede resultar habitual o estar justificado por su falta de adaptación a un fútbol tan distinto al que se practica en Argentina, con menos espacios y más táctica. Pero, a lo largo de la historia perica, hay otros Vargas que han aterrizado en el Espanyol como primer club europeo con distinto rendimiento al del actual jugador perico.

Los argentinos que han dejado más huella en el Espanyol no han esperado demasiado para rendir. Hay cuatro ejemplos claros. Mauricio Pochettino llegó en la temporada 1994-95 y jugó 34 partidos. Su nivel fue estable todos los cursos, como el de Maxi Rodríguez, quien ya en su primer año (2002-03), otra campaña inestable con hasta tres técnicos, jugó 37 encuentros y anotó siete tantos. Entre medio de ambos, Martín Posse. Participó en 32 partidos de Liga e hizo cuatro goles. El jugador que cierra el círculo es Pablo Zabaleta, quien llegó jovencísimo al Espanyol (20 años): participó en 27 partidos, marcó dos goles y alzó la Copa.

En el saco de Vargas, que ha pasado el COVID-19 en esta cuarentena, se colocan otros jugadores que fueron a más, lo que se espera del extremo de Mendoza. Juan Forlín jugó 24 partidos su primer curso, como Óscar Coll en la 56-57 o Pablo Rotchen en la 99-00. Todos ellos mejoraron su rendimiento. Otros sí rindieron de inicio, como el meta Pablo Cavallero (99-00) o Román Martínez (08-09), pero solo duraron un curso en el club. Y, en el último listado, aparecen los argentinos que se estrellaron, como Adrián Bastia (ocho partidos en la 03-04) e Iván Pillud (nueve encuentros en la 09-10). Al argentino le quedan 11 partidos para colocarse en un grupo u otro.