Un partido para la historia
Tal día como hoy de hace 109 años se celebró en Barcelona el primer partido de rugby en España. Enfrentó al equipo de fútbol del CD Español (actual Espanyol) con un combinado de franceses.
El 24 de mayo de 1911, el CD Español (no recibió el título de Real hasta 1912) fue el primer club en disputar un partido formal de rugby en España. La efeméride levantó una populosa expectación. El solar del club perico, situado en la calle Industria (lo que es actualmente la intersección entre Londres y Muntaner), recibió la visita de numerosos curiosos y de la afición del Barça, que instantes antes había presenciado un encuentro de fútbol entre su equipo y el Català.
El choque en cuestión enfrentaba al CD Español y al Patrie, un grupo de franceses residentes en España que adoptó ese nombre. Entre ellos figuraban los hermanos Charlot (René y Alberto), quienes en 1914 introdujeron la prueba de marcha en el atletismo nacional. Alberto Charlot fue, además, uno de los pioneros de la sección de atletismo perica y el primer campeón de España de marcha atlética, Copa La Riva, celebrada el 15 de octubre de 1922, 11 años después de aquel duelo de rugby.
Este deporte estaba muy extendido en Francia y el Ayuntamiento de Barcelona ya intentó invitar a los dos mejores cuadros de esa competición (Toulouse y Burdeos) para disputar un partido de exhibición en las fiestas de La Mercè de 1910. Pero al final no se pudo concretar y el rugby seguía siendo una actividad sin práctica en España. Desde 1905 aparecían noticias en la prensa sobre algunos encuentros disputados en Londres, Burdeos, París y Toulouse, e incluso en Estados Unidos.
A España le llegó la hora esa tarde de mayo. El CD Español no dudó en participar sin saber que estaba haciendo historia. Reunió a los futbolistas que mejor se adaptaban a las exigencias físicas del rugby. Participaron Gibert, el portero, apodado El Grapas por su facilidad para blocar el balón con una mano. No se lo perdió el capitán, Santiago Massana, un portento físico, alto y corpulento, que quedó campeón de Cataluña de saltos y lanzamiento en 1922. También el incondicional Sampere, uno de los jugadores más implicados con el club. Castillo, Larrañaga, Rubio, Fidalgo y De Guibert completaron la alineación con un grupo de deportistas y aficionados.
El cronista de la época apunta la mayor destreza del Patrie, que se impuso por 0-7 a los blanquiazules. "¿Contaremos con un deporte más?", se preguntaba el periodista de Mundo Deportivo por aquel entonces. Tres días más tarde, y antes de que el Español de fútbol se midiese con el Plumstead FC (un poderoso conjunto inglés invitado por la directiva perica), el espontáneo equipo de rugby y el Patrie volvieron a enfrentarse ante los ojos de los curiosos. En esta ocasión la derrota fue más dolorosa: 0-28, se supone que debido a la ausencia de los jugadores de fútbol, quienes actuaban justo después.
Esos dos episodios son un desierto en la compleja selva en la que se convierte el rugby cuando se abre un libro. Es un juego cargado de leyendas desde su práctica inconsciente, en la época maya y azteca, hasta su fundación como deporte, en la Inglaterra del siglo XIX. Antes que el choque del CD Español, la prensa de entonces revela un partido celebrado en A Coruña el 2 de marzo de ese mismo año, en el que las tripulaciones de los barcos Liverpool y Gloucester rivalizaron en el campo del Deportivo (0-5). El duelo causó gran expectación, como otros que se jugaron en Huelva entre ingleses.
Hasta diez años después, no surgió el primer club, la UE Santboiana, que de la mano de Baldiri Aleu se transformó en el impulsor del rugby. Pero antes que ellos llegó el CD Español, estructura polideportiva y pionera. En 2011 se festejó esta efeméride con una recreación de aquel duelo aventurero entre Español y Patrie en el campo de la Foixarda de Montjuïc. En 2021 se celebrará el otro centenario, el oficial.