VALENCIA

Gonçalo, el último de la saga de los Guedes en activo

El padre y el hermano del extremo también jugaron al fútbol. "Está muy feliz en el Valencia, es un club grande e histórico", dice Joao Maria Guedes.

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Al este de Lisboa, a unos 50 kilómetros, se encuentra Benavente, la localidad de los Guedes. Allí Gonçalo, el jugador del Valencia, mantiene todas sus raíces. Benavente es el lugar en el que se pierde el extremo cada vez que puede, el municipio portugués donde dio sus primeras patadas a un balón. No fue extraño que Gonçalo aprendiese antes a chutar que a caminar. Su padre, Rogerio, también fue futbolista. "Modesto, pero con talento y mucho gol. Llegó a ser pichichi de los torneos de la zona", dice Joao Maria, el hermano mayor de Gonçalo que atiende a AS amablemente.

Gonçalo se ha convertido en el último de la saga de los Guedes que sigue en activo. Su padre se retiró hace tiempo, pero su hermano lo dejó este mismo año. Tras probar fortuna en las categorías inferiores del Belenenses, Amadora, Benfica y Leira, con el que llegó a hacer la pretemporada con el primer equipo en Primera División, Joao colgó los guantes hace unos meses para dedicarse al negocio familiar, a la farmacia que tienen los Guedes en Benavente. Joao era portero y con solo 26 años decidió dejarlo tras realizar sus últimas paradas en el equipo de su pueblo. "Lo hacía por pura diversión y por hacer deporte, pero tengo mucha carga de trabajo y me ha tocado dejarlo", dice Joao mientras saca un hueco en su farmacia para atender al teléfono. "Tenemos mucho trabajo por la pandemia, es increíble. Y eso que Portugal no se ha visto muy afectada", admite el mayor de los Guedes, formado con la titulación de Farmacia y Relaciones Institucionales.

Gonçalo derribó muy pronto la puerta y el Benavente se le quedó pequeño. Cuenta Joaquím Ganhao, director deportivo del modesto club portugués, que el extremo del Valencia nunca llegó a jugar ningún partido oficial con el Benavente al no tener equipos para niños tan pequeños. "Gonçalo siempre tenía que jugar con chavales más mayores y sólo podía jugar amistosos con nuestra camiseta. Fue en un torneo de Semana Santa cuando el Benavante invitó al Benfica. Nos enfrentamos a ellos y partir de ahí llamó la atención y le ficharon. ¡Con solo seis años!", afirma Ganhao. "Su fichaje por el Benfica supuso una gran noticia en casa, pero en ese momento no pensamos que podría llegar tan lejos. Mis padres sólo querían que sus hijos hiciesen deporte. De hecho, también hicimos equitación y natación, además de jugar al fútbol", comenta Joao Maria. Pero el fútbol y la pelota siempre estaban presentes en el hogar de los Guedes. "Mi padre también fue delegado del Benavente y vivíamos en una casa pegada al campo del fútbol. Nos pasábamos todo el día jugando. Gonçalo llamó la atención porque era muy delgado, pero muy rápido y competitivo. Destacaba su creatividad para superar rivales en el uno contra uno", recuerda el hermano de Gonçalo, sólo año y medio más mayor que Guedes.

Rogerio Guedes, el padre de Gonçalo, arriba a la izquierda, en su etapa de jugador.Imagen proporcionada por Joao Maria Guedes.

Rogerio puso todo de su parte para que los dos hermanos pudiesen disfrutar de su pasión. De hecho, el padre vivió unos años complicados. Mientras Gonçalo tiraba abajo la puerta del Benfica, Joao Maria jugaba en el Belenenses. "Mi padre iba loco de un sitio a otro, de una ciudad deportiva a otra y, encima, trabajaba. Mi madre también trabajaba para poder ayudar en casa", asegura Joao.

Joao Maria y Gonçalo Guedes, en las categorías inferiores del Benfica.Imagen proporcionada por Joao Maria Guedes.

Gonçalo fue creciendo y dejando atrás ese "niño especialmente bueno en matemáticas y cálculo mental". "Era inteligente y buen alumno, pero era el terror de los maestros porque tenía mucha energía. Nunca suspendió ningún curso, aunque luego tuvo que decantarse por el fútbol", afirma Joao, quien recuerda con mucho cariño el carácter de su hermano: "Gonçalo tiene prácticamente los mismos amigos que tenía en la guardería. Es un núcleo muy duro que se junta cada vez que puede". "Es habitual verle en la actualidad por las calles de Benavente con sus amigos de siempre. Es un chico humilde, cariñoso, sencillo y accesible. Ahora mismo todos los chicos de nuestra escuela se fijan en él. Todos quieren ser Gonçalo Guedes en nuestra localidad, es el ídolo del pueblo", afirma Joaquím Ganhao, el director deportivo que vio nacer a Gonçalo y quien tiene bajo su tutela a unos 200 niños.

Los hermanos Guedes vivieron muchas experiencias juntos, pero les quedará la espinita de no haber podido compartir nunca vestuario, ni haberse enfrentado a nivel profesional. "Está claro que me habría encantado, pero yo estoy muy feliz por la carrera de mi hermano. Ha cumplido su sueño y estamos muy orgullosos", afirma Joao Maria mientras recueda "las tardes y tardes" que se pasaron en el jardín de casa jugando en el césped: "Al principio, jugábamos en la calle. Luego, nos mudamos y nos fuimos a una casa más grande, con césped y jugábamos mucho, uno contra otro. Yo era portero y él delantero, así que nos venían bien esos entrenamientos. Gonçalo nunca tuvo un ídolo en su niñez, sólo pensaba en disfrutar".

Gonçalo Guedes y Joao Maria Guedes, en la actualidad.INSTAGRAM GONCALOGUEDES15

Joao y Gonçalo están separados en la actualidad por la distancia, pero su trato es diario. Joao no se pierde un partido del Valencia y sigue muy de cerca a su hermano. El mayor de los Guedes admira la capacidad de sacrificio del pequeño. "Es muy fuerte mentalmente. Lo ha demostrado con las lesiones que ha sufrido porque siempre le ha dado la vuelta a la situación. No cede a la presión externa y sólo piensa en levantarse una y otra vez. Es un auténtico superviviente y cómo se ha recuperado de las lesiones da fe de ello. Está muy feliz en el Valencia porque está en un club grande e histórico. Además, la ciudad es fabulosa y yo me alegro mucho", sentencia Joao.

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