El escudero fiel de Los Anexos

Cualquier aproximación a Los Anexos y cualquier salida a ver un partido del Promesas fuera, incluso en pretemporada, tiene en la figura de José Ramón Yarza la respuesta de una mirada atenta. Con el rictus a menudo serio, signo de responsabilidad, también sonríe. Por ejemplo, en el ascenso en Somozas que llevó al filial del Real Valladolid de vuelta a la Segunda B, después de vagar varios años por la Tercera castellano-leonesa.

En aquellos festejos no se libró de bromas y de mojarse; le tocó a todo el mundo. Varios técnicos han pasado desde entonces, varias temporadas que se han ido acumulando hasta sumar un cuarto de siglo como escudero fiel en su figura de delegado, tal y como recordaba estos días el club en un cariñoso reportaje que repasa su trayectoria.

Hasta en los momentos más difíciles de Miguel Rivera (que los hubo y los tuvo) se mantuvo firme, siendo quizás quien más le entendió. Ahora, con Javier Baraja en el banquillo, su labor es la misma, pero no necesita templar tanto los nervios de suplentes y técnicos. Desde Javier Torres Gómez no era aliado de alguien de casa, aunque por su sentido de club lo fuera de todos. Precisamente, a Javi y su hermano Rubén los destaca de manera especial, como a Toni Villa, Chuchi Macón, Turiel u otros.

Ese "puede llegar arriba" que lanza como augurio sobre Baraja es fruto del cariño y del análisis de quien ha visto pasar a un buen puñado de entrenadores y a cientos de futbolistas con los que ha compartido vivencias. Rezuma lo blanquivioleta, como Torices y Pedro Coria, o como Fernando Gordillo, Justino Salamanca o José Sacristán (uno de los descubridores de Eusebio), personas que son y encarnan al Valladolid de toda la vida, incluso con los cambios propios de la evolución del fútbol y de los partidos de la llegada de Ronaldo.

A la espera de ver cómo se retoma la actividad del Promesas, quizás, seguramente, con un play-off de ascenso a Segunda, el primero conseguido después del 'fallido' con Moré a los mandos, para Yarza sería "un orgullo" que sus chicos aspirasen a subir. Otra alegría que compartiría, en su segundo plano habitual, como dice, después de "haber estado en el barro de Tercera".