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CAMPEONES POR SORPRESA (XIV)

Dinamarca gana una Eurocopa para la que no se clasificó

Un serial que repasa a las grandes sorpresas de la historia del fútbol, desde el Nottingham Forest campeón de Europa al Leicester que conquistó la Premier.

La selección de Dinamarca gana la Eurocopa de Suecia 92.
AFP

La historia de la selección de Dinamarca en el verano del 92 parece sacada del guión de películas como Wimbledon o Rocky. En ellas, un héroe protagonista, por razones ajena a él, es invitado a participar en el mayor evento deportivo del momento y acaba conquistado los corazones de todos los aficionados. Incluso gana (en el caso de Rocky, alerta spoiler, a la segunda). El relato de los daneses es un calco. Dinamarca, que no se había clasificado para la Eurocopa de Suecia de aquel año, fue invitada para sustituir a Yugoslavia, cuyo país estaba inmerso en la trágica y terrible Guerra de los Balcanes, y terminó ganando contra todo pronóstico el torneo. Puro Hollywood.

"Tiene que ser broma", fueron las primeras palabras de Peter Schmeichel, guardameta de aquel equipo y considerado uno de los mejores de la historia, cuando le anunciaron que su selección iría a la Eurocopa. El portero, al igual que el resto de sus compañeros, estaban de vacaciones cuando la federación danesa les informó de que jugarían el torneo continental. "Salir y no hacer el rídículo", eran las palabras que les decía el seleccionador Richard Nielsen a sus jugadores antes de empezar cada uno de los tres partidos de la fase de grupos ante Inglaterra, Suecia y Francia.

No hacer el rídículo. Ese era el lema. Nadie apostaba un duro porque Dinamarca pasara la fase de grupos del torneo y menos sin Michael Laudrup, el mejor jugador danés de todos los tiempos, que había dejado la selección unos meses antes por desavenencias con Nielsen. En el partido inaugural, ante Inglaterra, el resultado fue mejor de lo esperado (0-0) pero evidenció la falta de ritmo de la selección nórdica, que apenas inquietó la portería de Woods. El segundo encuentro fue ante Suecia, la anfitriona, y en él se confirmaron todos los presagios: los suecos vencieron 1-0 y Dinamarca seguía sin acercarse con peligro a los rivales. Brian Laudrup, hermano de Michael, era el delantero centro de la selección y no era nada optimista: "Estábamos ya pensando en continuar con las vacaciones, porque vencer a Francia en aquellas condiciones era imposible".

Y entonces llegó el giro de guion. Ese momento tan inesperado como necesario en mitad de las películas que hacen que el espectador siga enganchado a la historia. En Francia jugaba el vigente Balón de Oro Jean-Pierre Papin, junto a otras estrellas de talla mundial como Cantona, Blanc y Deschamps, entre otros, y estaban dirigidos por el gran mito francés, Michel Platini. Y aun así, Dinamarca, que no había marcado un sólo gol en los dos partidos anteriores venció (2-1). Inglaterra cayó ante Suecia por lo que los daneses pasaron como segundos de grupo: la Holanda de Gullit, Van Basten, Rijkaard, Koeman, Bergkamp y compañía, campeón de la anterior Eurocopa, esperaba en semifinales.

El objetivo de no hacer el ridículo estaba cumplido. Pasar de fase era un auténtico mérito y caer ante una de las mejores selecciones del momento en semifinales era algo que entraba dentro de la lógica. Holanda se creía superior y se veía en la final y salió extremadamente relajada al partido. Dinamarca lo aprovechó. Larsen fue la gran estrella danesa con sus dos goles y Holanda a rebufo todo el partido, empató gracias a las tantos de Bergkamp y Rijkaard. La tanda de penaltis se vio como un duelo entre dos de los grandes guardametas del momento: Van Breukelen, que ya había dado al PSV una Copa de Europa en la tanda, y Schmeichel, al que muchos ya consideraban el mejor portero del mundo. El danés salió victorioso tras detener un lanzamiento de Van Basten, nada menos, y metió al conjunto de Nielsen en la final de una Eurocopa para lo que no se había clasificado.

En la final se toparon con la primera selección de Alemania reunificada tras la caída del Muro de Berlín. Cosas del destino. Dinamarca había participado en la Eurocopa porque un país se estaba quebrando y se jugó el título ante uno que se acababa de reestructurar. Esta vez, al contrario que las películas, no hubo final de infarto. Dinamarca venció 2-0 sin pasar excesivos apuros gracias a los goles de Jensen y Vilfort y le dio un final único a aquella histórica Eurocopa. "Sin duda, el hecho de que nadie confiara en nosotros, ni siquiera nosotros mismos, fue lo que nos permitió convertirnos en campeones", fue la conclusión que sacó Schmeichel tras el torneo. Vivir para creer.