Raúl García Carnero, un artista dentro y fuera del campo

El lateral zurdo del Real Valladolid, muy aficionado a la fotografía, ha descubierto en esta cuarentena su afición por la pintura.

ValladolidActualizado a 23 de abril de 2020 14:50 CEST

Raúl García Carnero llegó cedido en el mercado de invierno al Real Valladolid procedente del Getafe y enseguida comenzó a jugar ante la ausencia de Nacho. Su rendimiento ha sido tan alto que AS ya informó hace varias semanas de que el club pucelano y el jugador gallego entablaron conversaciones para que la cesión se convierta en fichaje para la próxima campaña, asunto que el lateral ahora presume “parado” porque no se sabe lo que va a pasar, aunque si manifiesta que si la Liga debe prolongarse más allá del 30 de junio “yo lucharé por acabar, por lo menos, esta temporada aquí” al estar a préstamo.

Carnero, en honor a su abuelo, vive el confinamiento preocupado porque “ahora que se habla de protocolos para la vuelta lo veo demasiado osado con lo que está pasando, con todas las muertes que hay. Mi madre trabaja en el hospital de A Coruña y está en la primera línea y tengo dos primas más trabajando también en hospitales”, pero en la seguridad de su casa “con mi familia, mi mujer y mi hijo, entrenando como podemos, aunque cada vez se hace más cuesta arriba hacerlo en casa por la falta de balón y, ahora, pintando”. Esta afición por la pintura le ha llegado al lateral casi de rebote… o no. “A mí me gusta mucho la fotografía desde adolescente, en el futuro no me importaría dedicarme a ello incluso de manera profesional” afirma y sigue relatando: “Íbamos a hacer un viaje toda la familia a Egipto, me compré una réflex, empecé a hacer un montón de fotos y descubrí que me gustaba, me enganchó. Con el tiempo, investigaba en internet, leía libros, fui bastante autodidacta, luego cuando tenía tiempo empecé a hacer cursos también en escuelas de fotografía” y reconoce que le “ayuda a evadirme del fútbol porque me sirve para despejar la cabeza y ver otra perspectiva. En fotografía también necesitas paciencia para buscar el momento perfecto, ver las cosas en diferentes ángulos. Eso ayuda en la vida y en el fútbol también”.

Sin embargo, sucedió que el confinamiento le ha pillado en Valladolid y no tiene su cámara en la capital castellana “por lo que pedimos por internet un atril, lienzos, pinturas para los tres, pensando, sobre todo, en el pequeño”. Sin embargo, el juguete para el niño, de tres años, se convirtió en un auténtico hobby para Carnero: “Empecé a pintar y descubrí que me gustaba mucho, pinté fotos mías y me ayuda mucho a relajarme y pasar el tiempo. En estos días he podido estar cinco horas seguidas. Entonces te empiezas a meter, te pones a leer un poco en internet” en una situación novedosa para él: “Nunca había pintado en serio, es como todo, vas practicando y aprendiendo… y como no puedo salir a hacer fotos, pues dedico tiempo a pintar”. Y no se le da nada mal a juzgar por las fotos que se publican con este reportaje, aunque reconoce que la afición pucelana le pide que pinte “más alegría, un cuadro del estadio, soleado, con la gente” para superar este momento.

Raúl García Carnero, un artista dentro y fuera del campo

Tampoco es raro que al futbolista coruñés le guste el arte, ni es nada nuevo: “Me gusta ir a museos, en mi viaje de instituto fuimos a Italia, recorrimos muchos museos y me encantó, me gusta mucho la pintura” y continua: “Estando ya en Madrid hemos visitado todos los museos de la capital, pero el que más me gusta es el Prado”, con lo que a la pregunta de que cuál es su pintor y cuadro favorito, responde: “El Jardín de las Delicias, de El Bosco, cada vez que lo veo descubro cosas nuevas, aunque también soy muy de Dalí”.

Raúl García Carnero, jugador del Real Valladolid cedido por el Getafe, pintando en casa.

Fotografía de Raúl García Carnero, jugador del Real Valladolid.