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LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

Los futbolistas, en contra de las concentraciones de LaLiga

El protocolo de vuelta al trabajo, aprobado por los clubes, tampoco convence a los técnicos. Y hay dudas en varios sectores con el aislamiento si hay contagios.

Reunión de capitanes de Primera y Segunda.
Reunión de capitanes de Primera y Segunda.AFEDIARIO AS

LaLiga envió hace días a los clubes el nuevo protocolo de actuación para la vuelta a los entrenamientos (como venimos contando, posiblemente la segunda semana de mayo), que no es más que una ampliación del primero que redactó hace unas semanas cuando el coronavirus ya obligó a parar la competición, al menos, hasta el verano. Consta de cuatro fases para que el rendimiento de los profesionales sea óptimo: preparación a los entrenamientos, entrenamientos en solitario, entrenamientos en grupos y entrenamientos colectivos. Tras su difusión, se han sucedido las reacciones: gusta entre los clubes (de hecho lo aprobó la Comisión Delegada de LaLiga en la que 12 representan a los 42), pero no es del agrado de los futbolistas ni de varios entrenadores, los protagonistas en el campo. Según algunos capitanes de Primera y Segunda consultados off the record, y atendiendo a las opiniones recogidas por la Asociación de Futbolistas Españoles, una mayoría se opone sobre todo al plan de las concentraciones. Éstas serían, como mínimo, durante 15 días antes de reiniciarse la competición, si es que finalmente se puede, con estrictas medidas de higiene y controles, y podrían reproducirse durante las 11 jornadas que restan en función de las circunstancias. Los jugadores, en principio, no le ven lógica y como mucho podrían plantearse hacerlo una semana. Los técnicos tampoco ven la estrategia fácil de ejecutar.

“El procedimiento elaborado por LaLiga parte de la posibilidad de poder aplicarlo de forma confinada en un lugar cerrado al exterior como una ciudad deportiva o un hotel de concentración, cumpliendo así con las medidas establecidas por el decreto de Estado de Alarma”, dice la patronal en su texto, especificando que únicamente se aplicarán estas medidas en las fases tres y cuatro de todo este proceso (entrenamiento en grupos y entrenamientos colectivos), mientras que el trabajo en solitario podrá ser realizado mientras los jugadores y el cuerpo técnico siguen viviendo en sus domicilios habituales. Sin embargo, Busquets, que es vicepresidente de la Junta de AFE, ya se posicionó el otro día en la Cope: “Vamos a poder entrenar poco a poco, de uno a uno, pero luego va a ser complicado juntarnos todos y viajar. No creo que se pueda hacer”. Suso ya lo dijo en Radio Sevilla cuando salió el primer boceto del protocolo: “Igual habría que ir dando ya LaLiga por acabada". Y a ellos se han unido otras voces del banquillo como las de Oltra (Racing): “El protocolo de LaLiga es un auténtico disparate”. La de Setién ha sido la opinión más contundente: “Si jugar supusiera correr algún tipo de riesgo, lo rechazaría. No sé si se va a poder cumplir el protocolo de LaLiga. Yo me lo he leído y no creo que se pueda llevar a cabo. Exige una logística muy difícil, no sé si hay que ser tan rígido. Tal como está planteado me parece inviable empezar a entrenar en breve”.

AFE, que volverá a reunirse en las próximas horas con LaLiga, ha visto algún guiño en el texto a las propuestas que realizó por su cuenta su sindicato tras escuchar a sus asociados y al director del departamento de Salud, Eugenio Martínez. Lo de la Federación ha sido peor. LaLiga no ha tenido en cuenta casi ninguna de las recomendaciones que realizó con su mejor voluntad el pasado 11 de abril en un informe en el que participaron numerosos profesionales, desde especialistas en medicina deportiva y preparadores físicos hasta investigadores en Ciencias del Deporte y la Educación Física, con la directa de los servicios médicos de la RFEF, Helena Herrero, a la cabeza. Más allá de los plazos de los que hablaba en su propuesta (21 días de pretemporada si el confinamiento es de cuatro semanas y un mes de entrenamientos previos si el parón es de seis semanas), se proponían todo tipo de soluciones que o no han sido reflejadas en el documento o que, ahora con la nueva tregua firmada entre Rubiales y Tebas con el CSD de por medio, igual se incluyen más tarde cuando se amplíe el protocolo de partidos a puerta cerrada que aún hay que complementar y que ya avanzó AS: la RFEF hablaba desde ampliar el número de jugadores por plantilla hasta introducir dos cambios más de forma excepcional, propuestos por el médico y aceptados por el árbitro, además de cuatro pausas para hidratación por encuentro.

Otros expertos del fútbol profesional consultados (médicos, fisios, recuperadores...) acerca del exhaustivo protocolo de LaLiga (23 folios) tienen más dudas sobre su contenido. Primero, por la distinción tan clara que se hace ya entre inmunizados y no inmunizados (a su vez subdivididos en dos, de protección alta y de protección media), algo que ni siquiera Sanidad tiene demasiado claro todavía al desconocer la compleja realidad del virus, y también sobre la estrategia de aislamiento si aparece algún positivo de COVID-19. Ahí surge el debate de si tiene que ponerse a toda la plantilla en cuarentena o no. El protocolo dice esto: “En ese caso dentro de la plantilla, cuerpo técnico o trabajadores miembros de la concentración, hay que aislar inmediatamente al positivo en un lugar apartado de la concentración (por ejemplo, su domicilio habitual), hay que realizar la prueba a todo el grupo de entrenamiento, quedando apartados hasta la obtención de los resultados, hay que proceder a la limpieza y desinfección de las instalaciones y se recomendará la realización de controles médicos diarios”. Setién lo tiene claro: “El protocolo me parece un sinvivir”. Algo que, según varios profesionales de la psicología deportiva (no incluidos entre el personal esencial en esas ciudades deportivas u hoteles de concentración), es una realidad ya que el protocolo dice que los jugadores permanezcan en sus habitaciones en esa hipotética concentración de unas 20 personas alrededor de la plantilla deportiva y no mantendrán reuniones en zonas comunes o privadas. La mayoría coincide en una idea: “Los jugadores llevan más de un mes en sus casas sin poder salir, como cualquier ciudadano, y volver para estar confinados o aislados así no es lo más idóneo para rendir debidamente en la élite. No sólo es el físico, también el aspecto emocional. Si hay riesgo, igual es que no hay que jugar”.