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CAMPEONES POR SORPRESA (VIII)

El Aston Villa perpetúa el reinado inglés en la Copa de Europa

Un serial que repasa a las grandes sorpresas de la historia del fútbol, desde el Nottingham Forest campeón de Europa al Leicester que conquistó la Premier.

Los jugadores del Aston Villa con la Copa de Europa.

Los años 80 se iniciaron en Inglaterra con la desaparición de un mito, John Lennon, y la resurrección de otro, el Aston Villa. Sólo un año después de que el Nottingham Forest ganara su segunda Copa de Europa (1980), los 'villanos' de Birmingham ganaron su séptima y hasta ahora última liga inglesa 71 años después de su anterior título en 1910. Por entonces término Old Glory (Vieja Gloria) acuñaba perfectamente a un club que había ganado la mayoría de sus ligas en el siglo XIX.

Diez años antes de ganar la liga inglesa, el Villa jugaba en Tercera División, pero su regreso a la élite no fue tan sorpresivo como el del Nottingham Forest unos años atrás. Poco a poco, de la mano del técnico Ron Saunders, fue armando un equipo competitivo al que llegaron jugadores importantes como Gordon Cowans, Dennis Mortimer, Tony Morley y, sobre todo, Peter White, y tras su regreso a la Primera en 1975 ya peleaba por puestos europeos. El título llegó definitivamente en la temporada 1980-81.

Al año siguiente, los 'villanos' avanzaban con buen paso en la Copa de Europa, tras eliminar al Valur y al Dinamo Berlín cuando ocurrió algo inesperado. Saunders se enfrentó a la directiva y fue despedido, y su ayudante Tony Barton asumió el puesto. Todo parecía indicar que sin el gran líder del proyecto y en la fase más determinante del curso, la aventura de los 'villanos' terminaría pronto. Y una vez más, la historia demostró que en el fútbol todo es posible. En cuartos de final y semifinales, el equipo inglés derrotó a dos grandes de la época, el Dinamo Kiev y el Anderlecht, y llegó a la final ante un poderoso Bayern Múnich en el que brillaban estrellas del nivel de Rummenigge, Breitner y Augenthaler, entre otros.

Los hay que aseguran que el Bayern ganó todas las finales de Copa de Europa que mereció perder y perdió todas las que mereció ganar. Los aficionados del Atlético, Saint Étienne, Leeds, Valencia y Dortmund, sus víctimas en la Copa de Europa, seguro que aportan datos que así lo confirman. Leyenda o no, lo que es seguro que los bávaros fueron superiores al Aston Villa en aquella final de Rotterdam de 1982. Pudo hasta golear. Pero los delanteros alemanes se toparon con un jovencísimo Spink, que al igual que Iker Casillas en 2002 en Glasgow ante el Leverkusen, salió para suplir en la portería al lesionado Rimmer y se erigió como el gran héroe del partido. White aprovechó la que fue prácticamente la única ocasión del Villa para marcar el único gol del encuentro y darle el título a su equipo.

Con aquella victoria, el Aston Villa se proclamó como cuarto equipo de Inglaterra en ganar la Copa de Europa tras United, Liverpool y Nottingham Forest (ningún país tiene tantos campeones, a los que además hay que añadir el Chelsea) y perpetuó la época dorada del fútbol británico en el continente, en la que fue la quinta orejona consecutiva para el país inglés. El Villa reafirmó su gloria en la Supercopa de Europa, en la que ganó al Barça, pero a raíz de aquello, fue desvaneciéndose hasta descender a Segunda en 1987. Los 'villanos' nunca más dieron tanto miedo.