LEGANÉS

El Leganés del futuro pendiente de fichar delanteros

Es la única línea de la plantilla blanquiazul que no tiene jugadores con contrato más allá del 30 de junio. Sólo hay opciones de compra en las cesiones de Assalé y Ruibal.

ANGEL SANCHEZDIARIO AS

Dibuja la pandemia por el Covid-19 un escenario futbolero de escaseces en el que sólo sobra algo: el tiempo. Y desbordados de manecillas marcando horas, minutos y segundos, pensar en el futuro se ha convertido en una manía recurrente ahora que más que nunca el futuro se ha tornado indeciso. Ya no hay fronteras. Ni de cuando comenzará o terminará ésta y la temporada que viene. O el mercado de fichajes, ése en el que el Leganés parece abocado, sí o sí, buscar dinamita para reforzar una plantilla capada de gol.

No es que los pepineros hayan sido en Primera un derroche de artillería, pero sí han sabido manejarse con estilo ante las metas rivales. Bien con centrocampistas más acertados que los delanteros, como Szymanowski (ocho goles hizo en el estreno en la élite) o Gabriel (con cinco fue el máximo goleador de la siguiente campaña entre los mejores). Bien con delanteros, éstos sí, con regusto a nitroglicerina en cada arrancada, como En Nesyri (sumó 13 goles en curso y medio) o Braithwaite (diez tantos en el mismo periodo). Pero la salida de estos dos deja al ataque en un panorama complejo. Y no sólo para el presente. También para el futuro.

Todas las líneas con contrato, menos el ataque

Porque de todas las líneas blanquiazules ésta, la del ataque, es la única en la que el Leganés no tiene futbolistas con contrato en vigor para el curso que está por venir. Ni uno. No sucede lo mismo con la portería (Cuéllar), la defensa (Siovas, Bustinza, Omeruo, Tarín, Silva y Rosales) y la medular (Rubén Pérez, Recio y Eraso). Pero en el ataque, ninguno de sus integrantes seguirán después del 30 de junio. Al menos sobre el papel.

Guerrero y Carrillo están cedidos. El primero, por Olympiacos. Si el equipo continúa en Primera, no es descartable que el Leganés trate de buscar su continuidad. Más allá del divorcio de 2018, ambas partes se llevan bien. Se siente cómodas la una con la otra.

Con el segundo, con Carrillo, el asunto es más complejo por varios factores. El primero, el de siempre, el Southampton lo tiene en propiedad y busca recuperar parte de los 20 millones que invirtió en él. Complicado, más ahora, con el nuevo panorama de fútbol en crisis que quedará tras el Covid-19. Además, su salario es elevado y ya no está Pellegrino, que era su principal valedor, el técnico que peleó para ficharlo no una, sino dos temporadas.

Cedidos con opción de compra

Assale y Ruibal también son delanteros y también están cedidos, aunque sus casos, con respecto al futuro, son diferentes. El primero, a préstamo desde el Young Boys, tiene una cláusula obligatoria de compra en su contrato que depende, fundamentalmente, de si hay o no permanencia en la élite. De ser así, el Leganés deberá desembolsar una cantidad cercana a los 6 millones de euros. Sería su fichaje más caro... y el primer refuerzo blanquiazul del curso que viene.

Ruibal (a préstamo por el Betis) también tiene cláusula de compra por 2,5 millones de euros. En su caso no es obligatoria y deberá ser el Leganés el que decida qué hacer. A día de hoy no parece factible que el club la vaya a ejecutar íntegra, pero tampoco se descarta que trate de negociar una incorporación a la baja. Su valor actual es de 900.000 euros según Transfermarkt.

El dato, con todo, tiene truco. Porque, esté en Primera o en Segunda, hasta cuatro delanteros retornarán cedidos para el curso que viene. Son Koné (contrato hasta 2021, ahora en el Depor), Ojeda (contrato hasta 2021, ahora en el Albacete), Juan Muñoz (contrato hasta 2023, ahora en el Almeria)y Arnáiz (contrato hasta 2023, ahora en Osasuna). En el caso de estos dos últimos, sus clubes actuales tienen opciones de compra sobre los dos futbolistas.

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