Taiwán se une a la resistencia: "Aquí me siento seguro"
El preparador físico español Javier González, parte del cuerpo técnico de la selección de Taiwán, disfruta del fútbol en directo desde el pasado fin de semana.
Resulta difícil de comprender, pero a pesar de su ubicación geográfica -está situada frente a las costas de la China continental-, Taiwán se ha convertido en una de las pocas regiones del mundo que han sido capaces de contener la propagación del COVID-19. Más de dos meses después del inicio del brote tan solo registra 365 casos -muchos de ellos importados- y seis muertes por coronavirus. "Aquí no hay confinamiento, pero sí grandes medidas de control. En el aeropuerto tuve que decir de dónde venía, dónde me iba a hospedar y qué ciudades pensaba visitar. Dejé un teléfono de contacto; si te llaman y no lo coges te expones a grandes multas. También tienes que firmar una hoja en la que te comprometes a avisar si tienes alguno de los síntomas típicos de la enfermedad. Hay cámaras térmicas por todos sitios y a los que están llegando ahora les rastrean el móvil para asegurarse de que hacen la cuarentena. Si no tienes móvil te ponen una pulsera", detalla desde Taipéi el vallisoletano Javier González, quien desde el pasado mes de febrero ejerce como asistente y preparador físico de la selección nacional de fútbol.
"La situación puede cambiar en cualquier momento, pero todo el mundo habla muy bien de cómo ha gestionado Taiwán la crisis del coronavirus. Las multas son elevadas y si llegas al país y te obligan a hacer la cuarentena tienes derecho a 30 dólares diarios como compensación. En la rueda de prensa informativa que dan todos los días son capaces de relacionar cada caso y explicar cómo se contagió. Ellos pueden porque detectan 20 o 30 al día. En España, que hay miles, eso es imposible", añade González, quien aún disfruta de la vida en la calle: "Restaurantes, bares, centros comerciales... Aunque al 50% del aforo habitual, está todo abierto excepto las discotecas. Eso sí, debes ir con mascarilla y dar menos de 37,5º. Si incumples uno de los requisitos te niegan la entrada".
A Javi González, quien llegó a Taiwán tras trabajar durante 10 meses en el AEK Larnaca chipriota, la crisis sanitaria le ha privado, al menos de momento, de la que habría sido su primera experiencia a nivel internacional. Tras caer 9-0 contra Kuwait y 5-0 frente a Jordania, la Federación taiwanesa destituyó al inglés Louis Lancaster y en su lugar contrató al local Henry Vom, quien reclutó al español como asistente y preparador físico: "En la fase de clasificación para el Mundial de 2022 vamos últimos con cero puntos y 25 goles en contra. Quedan tres partidos. En marzo tendríamos que haber visitado Nepal y en junio habríamos jugado contra Australia y Kuwait". Todo, incluidos los entrenamientos, ha quedado suspendido: "Pudimos entrenar durante 15 días con algunos jugadores jóvenes, pero no hemos trabajado con los internacionales absolutos porque algunos juegan fuera y, de venir, habrían tenido que estar 14 días en cuarentena".
La liga de Taiwán arrancó el pasado fin de semana
A pesar de no poder realizar su trabajo con normalidad, Javier González es un afortunado. Aunque con un mes de retraso respecto a la fecha prevista, la Primera División de Taiwán arrancó el pasado fin de semana, uniéndose así a los activos campeonatos de Nicaragua, Burundi, Bielorrusia y Tayikistán. "Aquí lo que prima es la salud y si han decidido empezar el torneo es porque creen que es seguro. No lo han hecho por motivos económicos ni para aumentar su visibilidad en el extranjero", desvela el español. Los partidos se disputan a puerta cerrada -y se retransmiten por Youtube-, pero González, como miembro del cuerpo técnico de la selección nacional, es uno de los pocos agraciados que tienen acceso a los estadios: "El fútbol aquí es muy físico. Corren mucho, pero son muy anárquicos. No deja de ser una liga semiprofesional. Sin ir más lejos, dos de los clubes con mejores plantillas no tienen cuerpo médico. Ni siquiera un fisioterapeuta. Entrenan en césped artificial, aunque los estadios sí que tienen hierba natural". Tampoco es habitual que los entrenadores dispongan del UEFA Pro -licencia necesaria para hacerse cargo de un equipo al máximo nivel-: "La mayoría son mayores y nunca han salido del país para ver fútbol". Algo lógico teniendo en cuenta que el fútbol no es el deporte más practicado en Taiwán: "Aquí el rey es el béisbol".
Tras más de un mes registrando diariamente nuevos casos de coronavirus, Taiwán celebró el pasado martes su primer día sin contagios. Una suerte totalmente distinta a la que corre nuestro país, cuya actualidad sigue "con preocupación" Javi González. "Aquí no se habla bien de la gestión que ha hecho España y da rabia, porque estoy mucho más cerca de China, cuna del brote, y me siento más seguro que si estuviera en casa". El español también ha tenido que lidiar con el simple hecho de ser occidental –"los jóvenes son más abiertos, pero cuando te cruzas con alguien mayor se cambia de acera"-, y aunque podría regresar a Valladolid y teletrabajar, "da un poco de miedo". "La Federación me ha dado la opción de volver en mayo, en un viaje de más de 50 horas con cuatro escalas, pero es una locura. Me arriesgaría a contagiarme por el camino y pegarle el virus a toda mi familia", confiesa González. Taiwán continuará siendo su casa.