Clubes y jugadores ya acuerdan ampliar los contratos tras el 30-J
Negocian caso a caso: la ley es interpretable. FIFA sólo puede recomendar consenso y delega en la RFEF. LaLiga ve la prórroga automática. AFE avisa de impugnaciones.
En mitad de un goteo de ERTE y rebaja de salarios, en plena polémica entre Federación, LaLiga y AFE por el Caso Audios y mientras se oficializan y desvelan protocolos de cara a la vuelta a la normalidad, hay un problema que sigue su curso, enquistado, y que tiene muy tenso al mundo del fútbol: qué pasará con los contratos que vencen el próximo 30 de junio (casi 400) si hay que alargar esta temporada más allá de esa fecha. Según ha podido saber AS, la solución está más cerca. Los clubes y los futbolistas en España han comenzado las negociaciones, con éxito y caso a caso, para encontrar un pacto que satisfaga a todas las partes. Y lo están haciendo sin las intervenciones de Tebas y Aganzo, que ayer volvieron a reunirse (hoy más) y que simplemente podrán aconsejar a sus asociados. En varias entidades, de Primera y de Segunda, se han alcanzado acuerdos para ampliar los contratos hasta que se dispute el último partido oficial del curso 2019-20. En la mayoría de casos, manteniendo las condiciones económicas actuales y fijando una fecha a partir de la cuál podría haber una compensación si el campeonato se alargarse demasiado.
Éste es el camino que las instituciones y futbolistas esperan recorrer en todos los rincones del país, mientras los abogados van descifrando los reglamentos nacionales e internacionales, deportivos y laborales, e interpretando los mensajes de la RFEF (opta por la ampliación) y las recomendaciones de FIFA, que sólo son eso, recomendaciones, puesto que no tiene competencias en los contratos laborales entre club y jugador. Sobre la mesa hay cuatro escenarios que preocupan a los presidentes y por los que, según fuentes sindicales, "habrá que ir contrato a contrato leyendo la letra pequeña al no haber un modelo único", asumiendo el riesgo de que algún futbolista pueda romper la baraja y plantarse, teniendo los clubes que recurrir a las cláusulas de rescisión o a la solicitud de los daños y perjuicios. Ellos tienen la sartén por el mango. De hecho, hay clubes que han cedido más de lo previsto con los recortes actuales en los ERTE por si en verano deben pedirle a los afectados por los contratos el favor de tener que seguir, incluso prácticamente gratis.
Uno de los casos a estudiar es el de los cedidos. Según los abogados consultados, no debería haber mayor problema con ellos. Permanecerán en su actual equipo hasta que finalice la temporada y se incorporarán al siguiente de cara al comienzo de la próxima. Así lo asegura FIFA. La única duda que se genera es quién les pagará en el periodo de prórroga. Dependerá de los casos, porque a unos les paga actualmente el club que le compró, en otros lo hace la entidad a la que llega a préstamo y en algunos más se comparten gastos. El plan es que el acuerdo firmado que impere hoy, valga hasta que se finiquite esta campaña.
Con los futbolistas que fueron comprados y acaban contrato hay que hacer una distinción. Están aquellos que tienen un acuerdo con otro club (pueden negociar desde el pasado 1 de enero al ser agentes libres) y aquellos que no han encontrado todavía acomodo. Los primeros, como los cedidos, deberán acabar en su club actual y no se estrenarán con sus nuevos compañeros hasta que se inicie la temporada 2020-21, sea cuando sea. Y no tendrán problemas con sus emolumentos. Van a cobrar lo pactado e incluso un extra si es necesario este curso, aunque sea en 13 o 14 pagas y no 12, y además tienen asegurado lo firmado con el siguiente club pero recibiéndolo en 10 u 11 meses en vez de en un año porque el próximo calendario se tendrá que recortar.
El mayor problema lo tendrán aquellos que acaban el 30 de junio y aún buscan destino. Son los más apurados porque cuando acabe esta temporada y quieran negociar lo deberán hacer en desventaja debido a que la 20-21, al tener que ser más corta, permitirá a los clubes negociar a la baja y la economía estará muy debilitada por la pérdida de ingresos debido a los efectos del COVID-19. Ademas, los extranjeros que acaben el 30 de junio tienen un plus y también podría haber lío con ellos: su retención tributaria es menor y cualquier ampliación más allá del bruto pactado inicialmente puede suponerles un serio correctivo por parte de Hacienda.
Mientras llega la calma, los diferentes organismos van recordando sus intenciones. FIFA deja caer su deseo: "Los contratos normalmente concluyen al final de la temporada y la fecha de finalización de la temporada coincide con la de vencimiento del contrato. Se propone que los contratos se amplíen hasta el momento en el que realmente termine la temporada". Ahí se abrirá la nueva ventana de fichajes y no antes. La RFEF se aferra a su reglamento general en el punto 125: "Las licencias tendrán la misma duración que el compromiso, sea o no contractual, del futbolista con el club". AFE muestra batalla: "Una prórroga sistematizada produciría una vulneración de los derechos del trabajador si no fuera decisión de las partes firmantes negociada de forma individualizada, como acto único, cada uno de esos contratos. Llevaría a impugnaciones en los juzgados". LaLiga está convencida de que la ley es clara y está de parte de los clubes al considerar que los contratos se firman, como prestación de servicios, por temporada y no "de tal día a tal día". No se esperan anexos a las leyes como solución y todas las partes creen que "se necesita buena voluntad". Algo que, con la división que existe en el fútbol español, parece difícil de conseguir.
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