"Hice debutar a Camavinga con 16 años y no me fijé en su edad porque sabía que iba a explotar"
Julien Stéphan, entrenador del Rennes y técnico revelación en Francia, atiende a AS y habla del futuro del centrocampista, la idea de Setién, su pasado con Dembelé...
Julien Stéphan (Francia, 1980) es uno de los técnicos más valorados en toda Europa. Hijo de Guy Stéphan (mano derecha de Deschamps en la selección), cogió las riendas del Rennes en diciembre de 2018 después de ser ascendido del filial y llegó hasta cuartos de la Europa League tras tumbar al Betis de Setién y, posteriormente, ser derrotado por el Arsenal. Aunque el destino le iba a dar una sorpresa. En abril de 2019 ganó la Copa de Francia al PSG después de 48 años sin que el club alzase un título. En ese mismo mes y ante el PSG hizo debutar a Camavinga, al que tuvo en el filial pese a ser más pequeño y les volvieron a ganar en Liga. Fan de Setién, mentor de Dembelé y apasionado del fútbol español, atiende a AS.
Tiene 39 años, pero ya ha ganado la Copa de Francia y tiene al equipo tercero. ¿Se imaginaba conseguir estos hitos?
Empecé con 24 años por lo que llevo unos 15 organizando entrenamientos, dando charlas y cogiendo experiencia. Durante mucho tiempo trabajé la formación de los jóvenes en las canteras. Conseguí ser el técnico del filial del Rennes y ahora estoy con los profesionales e intento inculcar lo aprendido.
Cosas de la vida. Usted ha ganado al PSG dos veces en cuatro partidos y justamente jugó allí...
Diría que mi vocación por entrenar llegó hace unos 20 años cuando jugaba en el PSG. Al mismo tiempo estaba en la universidad, en la carrera de deportes, y empecé a sacarme los primeros diplomas de entrenador. Me gustó y sentí que era un camino que podría tomar. Sentía placer al pensar en las sesiones, reflexionar sobre ejercicios, en animarlas... Les ganamos en la final de la Copa de Francia y en la Liga, aunque perdimos la Supercopa por poco.
Su padre Guy es la mano derecha de Deschamps en la selección, imagino que ambos ya saben cuál es el truco para frenar a Mbappé...
Es muy difícil. Mbappé lleva esta temporada más de 30 goles en todas las competiciones. Lo tiene todo: velocidad, calidad técnica y una confianza increíble. Veo que quiere ganar muchos títulos. Además, tiene 21 años y le queda mucha progresión por delante. Tiene todas las llaves para ser uno de los mejores delanteros del planeta y, quizás, un Balón de Oro.
De un crack a otro, ¿cómo descubre a Camavinga?
Él antes estaba en las inferiores del Rennes. Debería estar con la sub-16, pero jugó toda la temporada con la sub-17, yo entrenaba al filial y le veía muy a menudo. Le descubrí aquella campaña. Le convoqué a sesiones de entrenamientos con el filial y la temporada siguiente le puse de titular. Jugó toda la primera fase y a principios de diciembre del 2018 me nombraron entrenador de los profesionales, entonces me lo llevé del tirón a los entrenamientos porque había identificado muy rápidamente su enorme potencial. No me arrepiento.
Pero... ¿No tuvo miedo a lanzarle tan joven?
Yo no miré si tenía 16 años o 20. El talento no sabe de edad y cuando se está listo tiene que ser así y punto. Tratamos de prepararle para que entrase en el equipo y veíamos señales para pensar en que eso no era precipitado. Sabíamos que iba a salir bien y al final de la temporada pasada le hice debutar y está explotando literalmente.
¿Tiene condiciones para el Madrid?
Sí, las tiene. A medio plazo le veo en una estructura de altísimo nivel con exigencias de altísimo nivel. Siguiendo su progresión tiene el potencial y todas las cualidades requeridas para instalarse en un club top algún día.
¿Habla con él sobre si es bueno dar ese salto este verano?
Siempre le doy el consejo de seguir una temporada más en el Rennes porque es su club de formación. Después de una buena temporada, siempre hay que confirmar ese salto de calidad y para él sería más fácil hacerlo aquí. Creo que le quedan una o dos etapas antes de dar el salto para un grande. Hay una diferencia entre poder jugar una temporada de alto nivel en su club de formación y poder jugar unos 60 partidos por campaña en un club gigante cada tres días. Ya marca una gran diferencia, pero le quedan un par de pasos por dar para afirmarse en un club top
¿Cree que con el coronavirus su precio bajará al igual que para otros cracks?
No estoy seguro. Son peculiares, pienso que siempre habrá fondos para ese tipo de jugadores. Para otros, seguramente el mercado será diferente este verano con lo del coronavirus, pero para los jóvenes cracks, no estoy convencido de que sea distinto.
Fan de Quique Setién y del himno del Betis
Ganaron al Betis en Europa League. ¿Qué anécdota sucedió en el vestuario?
Empecé mi última charla poniendo el himno del Betis porque no quería que los jugadores se sorprendieran en el Benito Villamarín. Recuerdo que puse el volumen a tope y los jugadores estaban boquiabiertos. Lo cierto es que les ganamos porque vimos muchos partidos del Betis y cuando digo muchos me quedo corto.
¿Cómo planteó tácticamente el partido de vuelta ante el Betis?
La idea era la de ser ambiciosos, quedándonos con el uno contra uno por todo el campo. Empecé con cuatro delanteros, en un 4-2-4 muy ofensivo, con un rol muy preciso para cada delantero de banda. M’Baye Niang e Ismaïla Sarr debiank, alternando, debían salir a presionar el tercer central bético según el lado en el que iniciábamos la presión colectiva, y detrás de los dos que lanzaba esto, nos veníamos muy arriba con un marcaje individual de uno contra uno a todo los mediocampistas béticos para cortar el primer pase de construcción. Queríamos cortocircuitar a los tres centrales béticos y los mediocampistas defensivos, queríamos intentar cortar en dos al Betis para aprovechar, a la recuperación de la pelota, la posición de los jugadores de banda, aprovechar esos espacios para ponerles en peligro en las fases de transición ya que estaban muy altos.
Canales y Carvalho no vieron la luz aquella noche…
Carvalho nos había hecho mucho daño en la ida en la relación mediocentro - ataque, por lo menos en el primer pase, entonces debíamos aniquilar al máximo su influencia. Definimos papeles diferentes respecto al partido de ida. Por ejemplo, en la ida Hatem Ben Arfa no tenía deberes defensivos, pero Sidnei y Mandi habían logrado ganar mucho terreno, en particular en el segundo tiempo. En el Villamarín, cogimos otra opción. Nuestros mediocampistas interiores salieron a cortocircuitar sistemáticamente a Canales y Carvalho. Inevitablemente, detrás de ellos liberaban espacios, pero era un riesgo que asumamos, sabíamos que por momentos, defensivamente, íbamos a estar a cuatro contra cuatro o cinco contra cinco, pero era algo decidido y asumido.
¿Cómo plantó cara a Setién de manera táctica? En la ida tienen un 25% de posesión y en la vuelta un 45%...
Todo fue favorable, positivo. Pero lo que me gustó mucho también es que quisimos presionarles y tener el dominio de la pelota. En la ida nos arrollaron con un 25-75 de posesión, en la vuelta acabamos con 55-45, y sabíamos que no tendríamos ninguna posibilidad de sacar la eliminatoria sin inversar aquella cifra. En realidad partimos con el objetivo de 50-50 y fue para tanto que recuerdo a tres jugadores con caras de decepción, en el vestuario, después de celebrar la clasificación con los 3.500 aficionados en la grada, cuando les dije que habíamos acabado con 55-45. A pesar de la victoria histórica, estaban decepcionados y su reacción tradujo las ganas que teníamos de ponernos a la altura del Betis en el juego.
¿Qué les dijo para que disfrutasen de la victoria y dejasen de estar enfadados por perder la posesión?
Pero les expliqué que ganando 2-0 rápidamente, era lógico que el Betis hubiese tenido mas la pelota al inicio del segundo tiempo y que debíamos alegrarnos de haber acabado muy fuerte, marcando el tercero al final. También les dije que había que valorar que habíamos progresado muchísimo en el dominio de la pelota en una sola semana. Recuerdo mucho la preparación del partido. Entre la ida (3-3 en Francia, ganando el Rennes 3-1 en el descanso) y la vuelta, tuvimos una semana para prepararnos y me acuerdo que fallamos totalmente el partido en Reims (derrota 0-2 con el primer gol encajado al minuto 3). Luego, nos quedaban tres días para preparar el partido en el Villamarín. Insisto con la preparación porque fue impactante. Los jugadores se involucraron con el proyecto y plan de juego. Hablamos mucho con ellos para ver cómo podíamos poner al Betis en apuros. Desde el inicio estuvimos desinhibidos, al contrario del segundo tiempo de la ida en el que muy pronto estuvimos bajo presión, en gran dificultad, como asfixiados. En la vuelta, miramos al Betis a los ojos desde el principio del partido y no bajamos nunca la mirada, fuimos siempre a su nivel. Y bueno, evidentemente recuerdo al tercer gol, el de M'Baye Niang, la increíble explosión de felicidad de nuestros 3.500 seguidores en la grada, el Villamarin apagándose de repente, todo silencioso, sin un ruido... el contraste entre nuestros 3.500 aficionados, todos locos, todos felices en una esquina de la grada y todo el resto del campo totalmente apagado. Ese momento se quedará mucho tiempo en mi memoria. Poco después, al acabar el partido, recuerdo muy precisamente la alegría de los seguidores, de los patrocinadores del club que estaban en otra parte de la grada, de los jugadores... Fue un recuerdo impactante también, esa alegría compartida con el pitido final en un estadio tan mítico.
¿Habló con Setién después del partido?
No, no tuvimos la oportunidad. Me hubiera gustado. Pienso que tendría muchas cosas que decirme sobre el fútbol. Es alguien con una gran experiencia e ideas muy precisas sobre el juego. Siento mucha admiración por Quique Setién y un gran respeto.
¿Cómo valora lo que está haciendo en el Barcelona?
No lleva mucho tiempo, pero se notó muy pronto lo que quiso instalar a nivel de juego. Empezó algunos partidos con una defensa de tres, lo vi también volver a jugar con cuatro atrás, en un 4-3-3. Es alguien capaz de adaptarse a las características de sus jugadores, pero guardando sus principios de juego.
¿Y cómo se define usted?
Me definiría como un entrenador humanista. Me gusta mucho compartir, hablar con los jugadores y ser un técnico muy dialogante, ese es el primer punto. También me considero pragmático, puesto que tengo que adaptarme a las características de los jugadores, entonces no tengo sistema de juego privilegiado, más bien estoy siempre buscando las mejores opciones.
Por cierto, también conoce muy bien a Dembelé...
Le tuve en el filial y le empujé para que fuese con los profesionales. Luego, mantuvimos el contacto cuando estuvo en el Dortmund. Desde que está en el Barcelona, tenemos menos contacto, al principio hablamos un poco pero luego, las conversaciones fueron diluyéndose. Tiene que analizar bien sus lesiones porque tiene muchas y saber cómo corregirlo dentro de lo que cabe. Pero es un futbolista con el que se disfruta mucho.
Tentado por Henry...
Estuvo cerca de irse al Mónaco con Henry. ¿Por qué no se concretó?
Un mes y medio antes de ser el técnico principal del Rennes, me llamó Thierry para formar parte de su cuerpo técnico. Me parecía un paso bueno en mi carrera, entonces contesté favorablemente a su llamada, pero las condiciones no fueron reunidas para que se hiciese. Después llegó aquella oportunidad en el Rennes. El destino hizo bien las cosas.
Hablando de Henry, que ahora entrena al Impact Montréal de Canadá, pasemos a otro tecnico, Unai Emery. Usted le gano 3-1 en la ida de los octavos de final de la Liga Europa la temporada pasada, ¿qué le impresionó de ese Arsenal?
Nos enfrentamos entonces a un Arsenal en gran forma, que llega a Rennes con jugadores de clase mundial, con mucha experiencia. Nosotros veníamos en una gran racha, nos había dado mucha confianza eliminar al Betis y nos había hecho tomar conciencia de que teníamos mucha calidad en esta plantilla, que eramos capaces de liarla contra equipos mas fuertes. Tuvimos un inicio de partido muy complicado con el Arsenal, marcó muy rápido, a los cinco minutes, con algo de suerte en un centro. No empezamos en las mejores condiciones. Pero entonces nuestra afición fue excepcional y fantástica, apenas acababa de marcar el Arsenal, la pelota seguía en la portería nuestra y se encendió el estadio para apoyarnos. Luego el Arsenal pudo meter el segundo, pero a partir de la media hora de juego, noté que nos estábamos viniendo para arriba. Guardábamos más la pelota y una de las prioridades era esta porque evidentemente nos acordábamos del partido de ida contra el Betis en el que a los 25 minutos de juego les habíamos dejado la pelota y habíamos sufrido muchísimo. No queríamos vivir de nuevo esa película. Entonces, contra el Arsenal a la media hora de juego empezamos a presionar, atacar, ahogarles hasta llevar al rival al error. Papastathopoulos fue expulsado y Bourigeaud marcó el gol del empate al minuto 40. Luego en el segundo tiempo, la lucha de poder se dio la vuelta completamente, pasaron en un sistema en rombo, nos abrió las bandas, utilizamos mucho las bandas para desequilibrarles, tomando nuestro tiempo, con el dominio de la pelota. En el segundo tiempo, no tiraron ni una vez a portería. Guardamos una presión constante. Marcamos dos veces y si repasamos la película, diría que se nos fue la eliminatoria entonces. Ganarle al Arsenal fue histórico, además 3-1 era inesperado, el cuarto gol lo hubiese cambiado todo. No se rehace la historia.
La 'bestia negra' del PSG
Su momento de gloria fue la victoria en la final de Copa de Francia contra el PSG. ¿Cómo lo recuerda?
Contra el PSG al inicio las fuerzas estaban muy desequilibradas, había que tomar opciones claras. Sabíamos que no podíamos dejarles espacios a Neymar y Mbappé. Abandonamos la pelota porque no nos quedaba otra. Queríamos controlar lo mejor posible nuestro espacio entre nuestras dos líneas de defensa y mediocentro. Aquella noche, Benjamin André (ex-capitán, se fue al Lille por 8 M€) hizo un partidazo a nivel defensivo, fue increíble para controlar a Neymar. Tuchel planteo un 4-3-3 con Neymar que entraba a menudo en el interior a la espalda de Benjamin André.
¿Cómo limitaban la toma de profundidad de Mbappé?
Cuando tiene espacios a las espaldas de la línea defensiva es muy fuerte para atacarlos. Esto lo hicimos bien, lo controlamos bastante. Además, apoyamos por cerrar todo el interior del campo y obligarles a centrar, y defendimos bien en nuestra área, controlamos bien sus centros, nuestro posicionamiento era bueno. Cambió un poquito al entrar Cavani porque era más fuerte que los otros, pero nos ajustamos tácticamente. Luego, tenían a otros jugadores, estaba Di María que aprovechaba para coger esos espacios, teníamos que ser muy densos. Pero poco a poco y sobre todo en el segundo tiempo, fuimos mejores en la utilización de la pelota, les creamos problemas y fuimos capaces de mantener la presión arriba haciéndoles daño en cada ataque.
Remontaron un 0-2, ¿fue muy duro psicológicamente?
¡Exacto! También necesitamos una excepcional fuerza mental perdiendo 0-2 a los 20 minutes. Todo empezó como una pesadilla, pero el gol del 1-2 poco antes del descanso nos dio mucha fuerza, energía y nos permitió confiar muchísimo en nosotros. Luego los planetas se alinearon y pudimos lograr una verdadera hazaña. El PSG llevaba cinco temporadas sin perder en Copa, nosotros 48 años sin un título.
¿Le sorprendió volver a ganarle al PSG otra vez?
Volvimos a jugar contra ellos en la Supercopa, en China y se les había cambiado mucho la imagen que tenían de nosotros. En Shenzhen abrimos el marcador y con un equipo con varios jóvenes, perdimos 1-2 pudiendo empatar Camavinga en el minuto 94… Aprovechamos ese partido para ajustar algunas cosas y unos días después, en Liga en casa, sacamos un partidazo, con la pelota defendiendo, en la intensidad también y ganamos 2-1 de forma muy lógica.
¿Cree que Neymar y Mbappé están adaptados a Francia o darían más nivel en España?
Neymar ya lo demostró en España, pero en Francia lleva unas estadísticas excepcionales. Esta temporada ha jugado 15 partidos de Liga y lleva 13 goles y 6 asistencias. Mbappé lleva esta temporada mas de 30 goles en todas las competiciones. Son estrellas de la Ligue 1 y con su talento, podrían rendir en cualquier liga. Lo tienen todo, velocidad, calidad técnica, una confianza increíble...
Un estudioso del fútbol con pasado en la Real Sociedad
Con esta experiencia en jugadores de LaLiga, ¿usted se ve en el campeonato español?
No sé si tendré la oportunidad. Es una Liga que sigo enormemente. Hace poco, en pleno confinamiento, vi varios partidos de Segunda, donde encontré la misma filosofía de juego que en Primera, es muy nutritivo para mí. Luego, lo dicho, no sé si algún día se me dará la oportunidad de entrenar en España, pero de todas formas es una Liga que me encanta. Hice un stage con la Real Sociedad durante mi curso de formación y me quedé boquiabierto.
¿Hay alguna particularidad en preparar un partido contra un rival español?
La principal enseñanza de los enfrentamientos contra el Betis fue que es absolutamente necesario luchar para la posesión de la pelota, sino te gastan. Se deber llegar a negociar bien los primeros pases, sacar bien la pelota y llevarla por lo menos en la parte media del campo para obligarles a defender. Los equipos españoles suelen adorar tener la pelota en los pies, pero quizás les guste menos defender durante periodos largos del partido. Si les abandonamos demasiado rápido cogen la pelota y la utilizan muy bien. La segunda enseñanza es clave... hay que estar también en capacidad de presionarles para quitarles tiempo en su juego de posesión. Están en la excelencia individual a nivel técnico y colectivo en el juego de posicion, entonces se debe ser muy bueno en la intensidad, en presionarles para modificar sus planes. Después de dejar fuera al Betis, me hubiera encantado enfrentarme al Sevilla en octavos de final, es tan cierto que lo dije en la conferencia de prensa post-partido del Betis en la vuelta. Me hubiera encantado vivir la experiencia en el Sánchez Pizjuán y enfrentarme a los dos clubes de Sevilla en dos rondas seguidas.
Durante su formación como técnico hizo un stage en la Real Sociedad. ¿Le ayudó en su construcción como entrenador?
Me confirmó que son métodos diferentes de trabajo respecto a Francia, basadas en el juego de posesión y posición. Todo se hace con pelota, esto es muy enriquecedor. Pero me quedé solo unos días entre dos partidos de liga y uno de copa de Europa, no hubo muchas sesiones de entrenamiento en una semanas con tres partidos.
No eligió a la Real Sociedad por casualidad…
Adoro el futbol español y es un club que apuesta mucho en la formación, en su cantera. Quería saber como se hacían los puentes entres la cantera y los profesionales, cómo gestionaban a los jóvenes luego en la plantilla de los profesionales, como les sacaban más valor y también sabia que en la Real Sociedad había un sentimiento muy fuerte de pertenencia a esa entidad.
¿Cuáles son sus principios de juego ?
Primero, me gusta tener jugadores generosos porque es clave para usar bien la pelota. Hay que estar en capacidad de correr y de desplazarse mucho, entonces se necesitan jugadores con volumen de juego. Luego me importa mucho que sean hábiles a nivel técnico, capaces de sacar la pelota desde su campo. Pero priorizo que mi equipo sea capaz de adaptase. Nos gustaría tener el dominio de la pelota tan a menudo como sea posible. Por momentos es el caso, pero hay situaciones en las cuales es menos el caso y debemos ser capaces de adaptarnos. Entonces los principios de juego son una cosa, pero lo mas esencial, es la capacidad de adaptación, a un contexto de partido y táctica. Es lo que trabajo mas que nada, la capacidad de adaptación.
¿Cree que su fuerte es el análisis?
La observación del rival se hace en los dos lados del campo. A ver, claro que organizamos el equipo para limitar los puntos fuertes del rival, pero insistimos enormemente también durante la semana de trabajo para exponer sus fallos, sus fragilidades y animar a nivel ofensivo, en función de esto. Sin que por ello cambien nuestros principios generales de juego, pero por momentos cambia una posición o vamos a atacar mas una zona que otra.
¿Cómo son sus sesiones de entrenamiento?
Me gusta estar en todas. Yo, me quedo en el borde del campo, observo. Puede ser que intervenga, pero la gran mayoría del control de aquellas sesiones se la dejo a mis ayudantes. Sin embargo, el resto del tiempo, llevo yo las sesiones, su ritmo, los ejercicios, todo lo que sea táctico, juego, lo decido todo y lo llevo yo. Delego simplemente el calentamiento al preparador físico y a los ayudantes.
Dice que le interesa mucho hablar con los jugadores. Se le conoce como un técnico que no sabe de intocables en un vestuario. La temporada pasada acabó echando a Ben Arfa del grupo...
Tengo una noción esencial en la gestión humana de los jugadores, la del mérito. En un grupo de 22-26 jugadores, no puede haber nadie en el lado contrario. Si queremos que el grupo viva bien, tenemos que ser justos. La noción del mérito es esencial y justamente para dar la oportunidad a todo aquel mientras trabaje bien, se entregue en el cotidiano. Evidentemente hay pesos pesados en un vestuario, pero están con las mismas reglas, con la misma lógica de rendimiento. Entonces no, para mí no hay intocables.