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FRANCIA

Eduardo Camavinga, la última joya de la cantera del Stade Rennais

Con tan solo 16 años, es quizá el mayor talento joven actual del fútbol francés y más tras su exhibición ante el PSG en la segunda jornada de la Ligue 1.

Rennes' Angolan midfielder Eduardo Camavinga (R)  vies with Lille's French forward Jonathan Ikone  during  the French L1 football match between Rennes (SRFC) and Lille (LOSC) at the Roazhon Park stadium in Rennes, western France, on May 24, 2019
DAMIEN MEYERAFP

La cantera del Stade Rennais es una de las más productivas del fútbol francés. La proliferación de talentos en “les rouge et noir” es constante en el último lustro, prueba de ello son Ousmane Dembelé, Tiemoué Bakayoko, Abdoulaye Doucouré o recientemente Eduardo Camavinga, un juvenil de 16 años que en apenas unos meses se ha hecho con la titularidad en la Ligue 1.

El verano en Rennes no ha sido sencillo. Perder a Ben Arfa, Mexer, Ismaïla Sarr, Ramy Bensebaini y Benjamin André es sinónimo de perder a cinco jugadores fundamentales respecto a la temporada pasada. Y el impacto se acentúa cuando a falta de pocos días para cerrar el mercado el club apenas ha realizado incorporaciones para cubrir el vacío que dejan.

Con una plantilla inferior a la del curso anterior, Julien Stephan ha vuelto a mostrar que es un entrenador magnífico. La clave para triunfar en los banquillos es adaptarte a los jugadores de los que dispones y él lo ha conseguido. Si faltan efectivos en ataque, pero sobran en defensa, quizá la clave es la de potenciar tu línea defensiva para exprimir el juego por las bandas. Y eso es lo que hizo Stephan, cambiar la disposición táctica del equipo para actuar en un sistema de tres centrales que ha elevado a muchos de sus futbolistas.

Sin duda, el más beneficiado del cambio de sistema es Eduardo Camavinga. Debutó el 2 de mayo como titular en la Ligue 1, y bastaron apenas unos minutos para darse cuenta de que estábamos ante un jugador diferente, de esos que ves y no puedes dejar de observarlos por la calidad que desprenden. Camavinga fue el mejor de su equipo en aquel partido y cuajó una actuación impecable. Ganó todos los duelos individuales y apenas falló un pase. Meses antes, el Borussia de Dortmund, sabedor del talento del que dispone, preguntó por él, pero la respuesta del club fue una cantidad de dinero desorbitada (20 millones de €), que quizá hoy esté multiplicada por cinco.

Tras la salida de Benjamin André, el Stade Rennais se quedaba huérfano de su capitán y de un jugador que en el medio aportaba mucha calidad. Stephan, volviendo a demostrar que toma decisiones en beneficio del equipo, se atrevió a colocar a Camavinga en la posición de este, en un sistema idílico para sus cualidades. Con tres centrales, el angoleño tendría más libertad para aprovechar su cambio de ritmo con la pelota y arriesgar en zonas interiores en las que con otro sistema quizá no pudiera.

Sin temblarle el pulso con 16 años, Eduardo Camavinga fue el mejor jugador del Stade Rennais en la primera jornada de Ligue 1, en la victoria por 0-1 en Montpellier. La tranquilidad que tiene para sacar el balón, incluido un pase al primer toque muy preciso para dársela al compañero que mejor colocado está, no muestran a un niño, sino a un hombre. Otra de las cualidades de las que dispone es que la pide siempre. Le da igual la zona del campo en la que se encuentre el esférico, que Camavinga siempre quiere participar en la jugada. Esa personalidad es de la que Stephan se ha encandilado y que le ha servido para convertirle en un jugador imprescindible actualmente.

La prueba para medir el potencial real de Camavinga iba a ser ante el PSG. El campeón de la Ligue 1 es un rival que suele ser muy complicado para sus rivales, pero no para el mediocentro del Rennes. Con una superioridad impropia de un jugador de su edad, volvió a ser el futbolista más importante de la contienda. En la partitura de esta, es él quien marca cuándo y cómo van los ritmos. Si hay que jugar sencillo, lo hace. Si tiene que coger el balón y romper una línea en conducción aprovechando su velocidad, lo hace.

Y, si hay que cambiar de orientación la pelota para descongestionar, lo hace también. Es difícil encontrar un impacto así en tan poco tiempo en el fútbol francés. Elegidos como Karim Benzema, Ousmane Dembelé, Nabil Fékir o Nicolas Pépé con 16 años no sabían que era el fútbol de máximo nivel. Camavinga no solo lo sabe, sino que parece que ha roto todas las barreras en tiempo récord. El tiempo dirá, pero estamos ante uno de esos talentos que de los que escasean en el mundo del fútbol.