Nuevo Mestalla: de la crisis del ladrillo a la del Covid-19
El Valencia paralizó la obra en 2009 por la explosión de la burbuja inmobilaria y ahora deberá buscar soluciones para reanudar la construcción con las secuelas que deje el coronavirus.
El Valencia debería estar hoy ultimando los documentos para acudir mañana (31 de marzo) a una notaría y firmar allí la oferta vinculante para la compra-venta de la parcela de Mestalla. Pero finalmente el 31M no será día D. El club, por enésima vez, vuelve a no saber cuándo ni cómo podrá resolverá el entuerto de sus dos estadios: uno a medio construir y otro con una orden de demolición de una de sus gradas.
ADU Mediterráneo no ha podido cumplir con los requisitos exigidos por el Valencia (garantías de pago) y la consecuencia, amén de la pérdida por parte de la cooperativa de la exclusividad que tenía sobre la parcela de Mestalla, es que las obras del nuevo estadio del Valencia vuelven a quedarse huérfanas y sin fecha de reanudación. Todo ello con el ATE de la parcela de Mestalla (Actuación Territorial Estratégica) con sus plazos de ejecución vencidos y una orden en firme de derribo (sin derecho a más recursos) desde hace años de la grada de Mestalla que se amplió en los años noventa.
El esqueleto del futuro estadio del Valencia es un símbolo de la crisis del ladrillo de 2009 y veremos en los próximos meses si lo es también de la crisis del Covid-19. El coronavirus no ha influido en el frenazo en seco del Proyecto Acequia de Mestalla. ADU Mediterráneo no ha conseguido (tras más de un año de puesta en marcha de la operación) ni el cupo de reserva del 70% de las viviendas que iba a construir en el proyecto Acequia de Mestalla ni tampoco el aval de los más de 120 millones que necesitaba el Valencia para reanudar las obras. Por más que sus ideólogos aventuraban en diciembre que lo “hemos conseguido al cien por cien”, la realidad diejo el pasado domingo en forma de comunicado oficial del Valencia lo contrario.
Ahora el Valencia estudiará “alternativas” para la venta de la parcela de Mestalla, que hasta la fecha es la única fórmula que ha contemplado Meriton Holdings para financiar lo que resta por construir (entre 120 y 150 millones). En las últimas semanas se ha apuntado hacia otra vía: una ampliación de capital por la cuantía necesaria, lo que conllevaría que Peter Lim inyectara capital a las arcas de la sociedad. Pero, como matizaba Anil Murthy, hay que ver ahora el contexto con “la perspectiva de la pandemia” y “la horrible situación actual está impactando a todos y va a suponer un gran golpe económico en los planes de inversión, especialmente en las infraestructuras”.
Las palabras de Murthy vienen a poner en ‘cuarentena’ cualquier alternativa para solucionar la venta de la parcela y la reanudación de la obra. Así que al Valencia le pilla de nuevo otra crisis con su estadio a medio construir. Y así lleva ya 13 años desde que se puso la primera piedra en la Avenida de las Cortes Valencianas.
En 2007 se iniciaron las obras, en una operación que sirve de ejemplo de la especulación de aquellos años. El Valencia iniciaba la construcción de su estadio (350 millones de euros) sin pedir financiación alguna. ¿Cómo lo pagaría? Con la venta de la parcela de Mestalla, que se estimaba que se la ‘quitarían de las manos’ por 500 millones o más. Pero llegó el derrumbe de Lehman Brothers y de aquellos lodos estos fangos. La crisis de la bolsa arrasó con todo y la explosión de la burbuja inmobiliaria asfixió al Valencia. Así en febrero de 2009, tras haber invertido alrededor de 150 millones y sin más capacidad de endeudamiento, el Valencia se vio obligado a paralizar las obras y nunca se han vuelto a reanudar.
La historia del Nuevo (ya ‘viejo’) Mestalla es la de mil y una falsas promesas. Vicente Soriano y Miguel Zorío se presentaron en Junta de Accionistas asegurando que tenían comprador para la parcela de Mestalla. Se quedó en papel mojado; Manuel Llorente, años después, confió en que la solución llegaría de la mano Rodrigo Rato y su operación Newcoval. Pero Bankia, con la llegada José Ignacio Goirigolzarri, tumbó la operación por turbia; Amadeo Salvo y Aurelio Martínez anunciaron que Peter Lim tenía el compromiso por contrato de acabar el estadio antes del año del Centenario. El Valencia celebró su 100 cumpleaños el año pasado; Ahora Anil Murthy se ha visto en la obligación de quitarle a ADU Mediterráneo cualquier exclusividad sobre la operación de venta de la parcela de Mestalla. Así, la futura casa del Valencia ha pasado de la crisis del ladrillo a la del Covid-19 sin que una grúa volviera a su esqueleto.