El clavo ardiendo del Girona es hacer 11 jornadas de récord

Los dos últimos empates en Liga (ante Mirandés y Albacete) han provocado que las opciones de ascenso directo del Girona este curso sean escasas, pero no es misión imposible. Es más, el conjunto rojiblanco ha acostumbrado a su hinchada a hacer buenos finales de campaña cuando ha militado en Segunda y es el clavo ardiendo al que pretende agarrarse para lograr subir a Primera.

Actualmente, el conjunto de Pep Lluís Martí acumula 47 puntos y está a ocho del segundo clasificado, el Zaragoza. Darle caza es una de las prioridades, pero sin dejar de mirar hacia atrás porque el séptimo, el Mirandés, tan solo está a cinco puntos. No fallar en los próximos duelos ante Las Palmas y Racing y asegurar el seis puntos de seis daría un empujón moral a un Girona que busca y necesita que las últimas 11 jornadas sean de récord. Y todo para que no se escape el tren del playoff y soñar hasta el final, que será cuando tenga duelos directos ante Zaragoza, Cádiz y Almería, con tener la posibilidad de luchar por subir de manera directa. Exceptuando los dos últimos años en Primera, el pasado fue para olvidar, el conjunto rojiblanco ha llegado bien a los últimos tramos de campaña cuando estaba en Segunda. Y eso que el del curso del ascenso, el 2016-17, tan solo se firmaron 12 puntos de 33. Pero el colchón que llevaba el equipo de Machín por aquel entonces fue suficiente para que no se le escapara el objetivo. Los anteriores, en los que se acabaron disputando los playoff y el de la permanencia milagrosa de la 2013-14, son para enmarcar. Y ahora deben marcar el camino.

La media que busca completar el equipo de Martí debería superar los 20 puntos de 33 posibles porque esto le permitiría aumentar la presión a sus perseguidores y dejarles sin excesivo margen de error. En el vestuario les gustaría reflejarse en lo realizado la temporada 2014-15, cuando se cosecharon 26 puntos y se llegó el playoff como tercer clasificado. Pero sin duda, uno que marcó mucho al Girona y que inició un camino glorioso porque fue el de la llegada de Machín al banquillo gerundense fue el de la campaña 2013-14. El bloque llegó a las 11 jornadas de Liga como último clasificado con tan solo 30 puntos y en el último tramo selló 21. No solo se alcanzó la permanencia, sino que acabó decimosexto. Aquello demuestra que todo es posible. Y en el Girona tienen la muestra.

Martí suma el 55,5 por ciento de los puntos

El Girona apostó por Pep Lluís Martí para reconducir la situación tras un inicio un tanto convulso con Juan Carlos Unzué. Este último tan solo logró sumar el 44 por ciento de los puntos disputados y la dirección deportiva apostó por su destitución. Ahora con Martí parece que hay más regularidad, pero sus números no son tampoco del todo excepcionales. Es más, en sus 18 partidos ha logrado atar 30 puntos, el 55,5 por ciento, tras ocho victorias, seis empates y cuatro derrotas. Sumar de uno en uno es lo que le está lastrando en las últimas fechas, pero hay confianza.