Las Palmas

Terapia de choque ante la crisis

Las Palmas inicia una conjura para salir de la depresión. Tras el partido de El Molinón el vestuario se calentó. Hoy, reunión para salir a flote.

Carlos Diaz-Recio

Andan caldeados los ánimos en el seno de una Unión Deportiva Las Palmas que se dirige, cuesta abajo y sin frenos, directa hacia el abismo de la Segunda División B. Acumula 11 partidos sin ganar, ni rastro de tres puntos de golpe en 2020, en ningún caso ofreciendo síntomas de mejora, desde luego muy lejos aquellos días de vino y rosas brindando al dictado de Jonathan Viera. El último colofón de tan sonrojante racha, sin atisbo de fin, llegó el pasado domingo el El Molinón, cuando la propia UD dio “vergüenza”, como reconoció el capitán, Aythami Artiles, en un segundo tiempo tras el que salió escaldada: 4-0, y gracias.

Ocurre que, en el vestuario visitante de El Molinón, hubo más que simples palabras, de paso algún reproche. No se vieron, desde luego, los mejores síntomas para reaccionar. Tampoco es que las declaraciones posteriores del propio Aythami o Mel, que reconoció el descargue con sus futbolistas, ayudaran a templar los ánimos. Más que dudas o pensamientos al limbo, regalaron evidencias y certezas.

Tras el descanso del lunes, la primera plantilla regresó esta mañana a la carga en la Ciudad Deportiva de Barranco Seco, iniciando así una semana que, de no ganarle el domingo al Girona, se acabaría cumpliendo justo tres meses desde la última victoria amarilla.

Para empezar a mentalizar a sus jugadores de las consecuencias de una nueva decepción, Pepe Mel los reunió sobre el césped durante 15 minutos para hacer terapia de choque. El problema es que las palabras se las lleva el viento y que la liga no espera por nadie. Tampoco, claro, por Las Palmas.

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