Las Palmas ve el abismo
El equipo de Pepe Mel acumula 11 partidos sin ganar y ya tiene el descenso a solo tres puntos. Esta azotado por una plaga de lesiones sin precedentes.
Como una terrorífica letanía, suenan tambores de guerra en la Unión Deportiva Las Palmas. Se las prometía muy felices el equipo de Pepe Mel contando con Jonathan Viera, acaso el futbolista más determinante de la categoría, hasta que el genio grancanario finalizó su contrato de cesión. Ahora, con el coronavirus, todo es incertidumbre tras su regreso al Beijing Guoan al alba del presente año.
Ocurre que la formación grancanaria no conoce la victoria en 2020, acumulando ya 11 jornadas sin conocer una victoria que se le resiste desde el pasado 15 de diciembre en Elche (2-3). Azotada por una plaga de lesiones sin precedentes y erróneas decisiones en los despachos que no termina de arreglar, Las Palmas tocó fondo el pasado domingo tras el sonrojante 4-0 en Gijón, dejando en nada, acaso un vago recuerdo, una honrosa primera parte. Fuegos de artificio.
"Vergüenza". "Nuestro segundo tiempo fue una vergüenza", dijo Aythami Artiles, uno de los capitanes del equipo amarillo, tras pasar el pasado domingo por las duchas de El Molinón. No se quedó corto el central: "Quien piense que lo que ha pasado es solo culpa de la defensa es que no tiene ni puta idea de fútbol".
También se explayó el propio Mel. "En 20 años como entrenador no me había pasado esto", dijo a la hora de analizar un partido que iba 0-0 al descanso. Asumió la responsabilidad. Hombre de club, no depuró, aun teniendo motivos de sobra para hacerlo, responsabilidades más allá. Tocará hacerlo el domingo ante el Girona, partido colofón a una semana que se avecina eterna.
Nueva 'disputa' pública entre Mel y Ramírez
Por si fuera poco, las peleas intestinas no cesan. Rocco Maiorino, ex director deportivo, exigió el cese de Toni Otero, secretario técnico, pero el que salió fue él. Con la temporada en su momento más caliente, la política deportiva del club, al menos la referida a la primera plantilla, saltó por los aires. Mucho había tardado.
El propio Pepe Mel, en el análisis del desastroso partido de su equipo en Gijón, desmintió una renovación que el presidente, Miguel Ángel Ramírez, daba por hecha. "Seguirá con nosotros pase lo que pase", dijo la semana en Cope Gran Canaria.
No es la primera disparidad de criterios, al menos públicamente y esta temporada, existente entre presidente y entrenador. En su día, MÁR condicionó el alta federativa de Tana, tras su acabada cesión a China, a la salida de la entidad de Araujo. Mel negó la mayor. "Tana tendrá ficha salga o no salga Araujo", dijo rotundo en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva de Barranco Seco. Dio en la diana el entrenador, pues la salida del delantero argentino se concretó día más tarde del regreso 'definitivo' del propio Tana. Sus disputas públicas con Maiorino a cuenta del lateral derecho y los extremos forman parte de este serial.
Luis Helguera, nuevo responsable deportivo, tiene una montaña por delante con el equipo jugándose la vida. No se atisba la cima de este terrorífico Everest y, a este paso, será inevitable la caída al abismo.