San Sebastián se vuelca con los héroes de la Copa del Rey
El autobús de los flamantes finalistas llegó a las instalaciones txuri-urdin más allá de las dos de la madrugada y fue recibido por un centenar de aficionados.
Donostia amaneció ayer con una dulce resaca: la Real Sociedad vuelve a una final de Copa 32 años después. El equipo logró clasificarse ante el Mirandés y ahora busca sorprender en LaLiga al Barça en el Camp Nou, el peor estadio para sus intereses de Primera División, donde ha cosechado 23 derrotas consecutivas desde 1996.
La noche se hizo larga en Gipuzkoa. Ya en Miranda se desató la fiesta y luego se trasladó a Zubieta. El autobús de los flamantes finalistas llegó a las instalaciones txuri-urdin más allá de las dos de la madrugada y fue recibido por un centenar de aficionados, que agradecieron como se merecía la hazaña. Abrazos, cánticos y bengalas acompañaron la llegada de la plantilla de Imanol, que se dio un baño de masas. La afición acompañó a los jugadores hasta que cogieron sus coches particulares para dirigirse a sus domicilios.
Los donostiarras están en su mejor momento de juego y de resultados y ahora, aparcada la Copa hasta abril, tratarán de concentrarse en LaLiga, competición en la que los donostiarras aspiran a entrar en las posiciones de Champions. El Camp Nou, donde la Real no puntúa desde 1995, no parece, no obstante, la mejor plaza para lograr puntos, ya que enlaza en el estadio culé una racha de 23 partidos, entre Liga y Copa, saldados con derrotas.
Aperribay era ayer un hombre feliz y emocionado. "Es imposible explicar lo que se te pasa por al cabeza", reconocía el presidente. "Es el premio al esfuerzo de mucha gente de este club. La Real ha pasado por muchas cosas, odiseas en el desierto... Es el momento de disfrutar y de aprovecharlo. Vamos a ir a Sevilla con fuerza", señaló emocionado.
El mandatario ha llevado al equipo desde Segunda hasta su primera final en tres décadas, pero se pone en segundo plano: "No es el momento del presidente, es el de la afición y los jugadores. Lo siento así, aunque estoy encantado, obviamente, también por mí".