SEVILLA

La gran bronca de la afición al Sevilla de Lopetegui

La grada del Sánchez Pizjuán reprobó con vehemencia a su equipo por lo que hubo que sufrir para pasar ante un modesto como el Cluj

Sevilla
JAVIER SORIANOAFP

Al Sánchez Pizjuán parece que se le ha agotado la paciencia con su equipo y, sobre todo, con su entrenador. Si a las nefastas sensaciones que se transmitieron desde el césped a la grada ante el Cluj se le suma el timorato planteamiento de un técnico al que se le echó la cruz por gran parte de la afición desde antes de que ni siquiera sonara para ponerse el chándal del Sevilla, se obtiene el resultado de lo visto la noche del jueves en Nervión. Y dicho resultado no es otro que el que el equipo fuera despedido con una sonora bronca y con algunos gritos pidiendo la dimisión del técnico que tiene al Sevilla cuarto, con los mismos puntos que el tercero, y en los octavos de la Europa League.

Fuera de Nervión se considera exagerada la exigencia de la afición del Sevilla y se pide una paciencia con Lopetegui que, paradójicamente, no se tuvo en la capital de España hace poco más de un año. Mientras, en Sevilla también deberían hacer autocrítica quienes esperan ver a su equipo como cuando Alves y un Navas veinteañero galopaban por la banda derecha o como cuando Bacca y Gameiro convertían en gol cualquier balón que se aproximara al área.

En el término medio esta la virtud. Este es un Sevilla en reconstrucción con evidentes carencias al que el técnico trata de sacar partido apostando más por el que no pase nada que por el nervio. Porque el plan para asaltar el feudo de un Getafe de Champions no puede ser el mismo que para sentenciar una eliminatoria con el campeón rumano. Al entrenador y a su afición les urge enterarse de una vez por todas de lo que ha sido, es y debe ser el Sevilla.

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