Todo es más difícil sin Valverde
Zidane reservó al uruguayo y su equipo sufrió de lo lindo en la primera parte en Getafe. Con Fede, el parcial es de 31-4 en goles; sin él, 19-16.
La importancia de Fede Valverde en este Real Madrid es tal que ya se notan casi por igual su presencia y sus ausencias. Sin él en el Coliseum, el equipo de Zidane sudó a mares en defensa y vio rebajado su caudal ofensivo respecto a citas recientes en ataque. Salvaron la papeleta Courtois y dos acciones aisladas en balones aéreos de Varane, pero esos árboles no impiden ver el bosque.
Fede entró en el 70' y su mayor mérito fue su instantánea adaptación al ritmo del partido y a la encomiable intensidad del Getafe de Bordalás. No desentonó y empezó a abarcar campo, evitando cualquier posible desconexión en los minutos finales. Aportó ocho pases (siete acertados) o un despeje, pero sobre todo una asistencia precedida de una galopada espectacular. En el descuento salió hacia la portería rival como un cohete, gasolina le sobraba, y le acabó sirviendo el 0-3 a Modric, que acompañó muy bien y sólo tuvo que empujar la pelota a la red.
Los datos señalan su trascendencia
Esa carrera para la sentencia define el descaro y el poderío de un futbolista que hasta Zidane había pasado prácticamente inadvertido. De hecho, con el propio Zizou inició la 2019-20 sin entrar en el avión a Vigo. Ahora no se entiende el Madrid sin él, el octavo jugador en minutos (1.139) de la plantilla. Zidane tiró de tópico de manual en la sala de prensa para explicar su suplencia: "Todos están metidos. Tengo a 25 jugadores y siempre juegan 11. Al final es una cuestión de todos...".
La estadística subraya el crecimiento de Valverde, sin el que todo le resulta mucho más difícil al Madrid. Estando él sobre el campo, el parcial goleador es abrumadoramente favorable: 31-4. Sin él los datos, aunque aún positivos, son menos felices: 19-16. Y ahora asoma la Supercopa de España, un torneo que puede terminar de encumbrarle.