REAL VALLADOLID

Los canteranos del Pucela a los que habrá que seguir durante el 2020

El futuro del Real Valladolid pasa por algunos de los siguientes jugadores, que han destacado este año en Los Anexos.

En los últimos años el Real Valladolid ha dado un paso adelante en su apuesta por la cantera. Así, en la actualidad cuenta en su primer equipo con varios frutos de Los Anexos, algunos con un mayor recorrido en la casa, como Anuar y Toni, otros incipientes como Salisu o llegados más tarde, como Waldo. De cara al futuro, ya sea en el corto o medio plazo o en el largo, varios son los futbolistas de la casa que han destacado en 2019 y que invitan a pensar que en 2020 podrían seguir dando pasos adelante, quién sabe si hacia la élite.

Corral (1997). El lateral izquierdo está llamando con fuerza a las puertas del primer equipo con su buen juego con el filial. En su debut, en Copa del Rey, cumplió con nota en una posición en la que la plantilla de Sergio tiene deficiencias. Vertical en ataque, ha mejorado atrás en estos últimos años. Infatigable.

Kike Pérez (1997). Muy del gusto de Sergio y de Miguel Ángel Gómez, seguramente habría tenido ya minutos si no fuera por el 'overbooking' del centro del campo. Es uno de los responsables del buen juego del Promesas, cuyo medio del campo comanda con criterio y una zurda de muchos quilates, no exenta de sacrificio defensivo.

Alende (1997). El Real Valladolid hizo una apuesta importante por él en verano y el tiempo le está dando la razón: el central, internacional en categoría sub-19 con España, tiene potencial suficiente como para imaginarse su futuro en Primera. Valiente, aguerrido y con personalidad, maneja los cuatro perfiles de la defensa. Jugando de central izquierdo (él también...) es como más brilla. El fichaje del año en clave Promesas.

Miguel (1999). Quizás, el mejor delantero español de su generación, con permiso del colchonero Borja Garcés. Sus diez goles con el filial han superado su mejor registro en Segunda B. La sensación de continuo peligro que genera la demostró también contra el Gaz Metan y el Tolosa. Tiene argumentos futbolísticos suficientes como para imaginárselo haciéndolo bien en Primera División.

Amoah (2001). Tiene mucho de incógnita, pero también de estímulo: es el último futbolista con potencial llegado de ese vivero que es la African Talent Football Academy de la que llegó Salisu. Como él, es un central zurdo con un físico exuberante, un talento por pulir que ya ha marcado dos goles en el primer equipo juvenil de Ricardo.

Slavy (2002). Delantero fuerte, imposible de superar en lo físico, y con una técnica depurada a pesar de su corpulencia. Máximo goleador del Grupo V de la División de Honor juvenil, donde compiten también Real Madrid y Atlético de Madrid y donde no hay otro punta como él. Con 13 goles es el líder de la prolífera generación del 2002, que podría emular a la del 95, visto el potencial de futbolistas, como él, Iker, Casado, Castri o Carrión.

Maroto (2003). Pese a ser aún juvenil de primer año, es uno de los grandes atractivos del Juvenil A. Es un mediocentro de gran rigor táctico, con una personalidad y jerarquía impropias de su corta edad y con una zurda de oro. Si bien ha notado el ritmo alto propio de la División de Honor, ha brillado ya en contextos de necesidad y competitividad, como contra los grandes del grupo. Es, junto a David Torres (central, hijo de Javier Torres Gómez) el talento a seguir de su generación.

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