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LLEIDA 0-ESPANYOL 2

Lleida pone fin a una penitencia de 43 días

El Espanyol no ganaba un partido desde el 7 de noviembre, en Europa League ante el Ludogorets. Los jóvenes no dieron un paso adelante en una buena oportunidad para reivindicarse.

Wu Lei.
GORKA LEIZADIARIO AS

Frío, lluvia, ambiente desangelado en un Camp d’Esports que viajó al pasado y una primera parte soporífera eran el decorado de un desastre del Espanyol que salvó Wu Lei con lo que mejor saber hacer, correr al espacio. El chino solventó una eliminatoria de Copa que mostró de nuevo a un equipo perico incómodo y que, además, vertió una reflexión sobre los jóvenes.

Los futbolistas crecen desde la incomodidad y desde la superación de situaciones difíciles. Lo que Toni Nadal define como el carácter, que debe labrarse a diario. Un partido de Copa en Lleida era una buena oportunidad para Lozano, Pedrosa, Lluís o Pipa, jugadores que apenas cuentan en LaLiga, que viven su primera experiencia en la máxima categoría y que deberían demostrar en este tipo de partidos que quieren brillar en escenarios mayores. Fue curioso que el jugador más motivado del Espanyol en la horrorosa primera mitad fuera Javi López, capitán, de 33 años y con más de 250 partidos oficiales con el equipo perico. Los jóvenes harían bien en calcar su espíritu.

Un espíritu añejo se respiró en la grada, con unos cánticos más propios de los años 90. Una afición ilerdense que coreó “a Segunda, a Segunda” y “puta España, puta Espanyol”, que mostró su simpatía por el Barça y su “odio” al Espanyol. Un ambiente hostil pero con pocos altavoces que dio paso a una segunda parte en la que el Lleida, que tendrá que jugar ante el Sabadell este sábado (el ex perico Juvenal estaba en la grada al estar en el cuerpo técnico del líder del Grupo III de Segunda B), dio un paso atrás y el equipo de Machín controló mejor el encuentro.

El Lleida, que ayer jugó con hasta dos futbolistas de Segunda Catalana (entre ellos el chino Liu Yang), peleó hasta el final y demostró que ahora mismo el Espanyol es un equipo al que le resulta una odisea ganar un encuentro: hacía 43 días que no se lograba la victoria, aquel 6-0 que queda ya en el olvido ante el Ludogorets en la Europa League.

El fútbol es un estado de ánimo y ganar es un hábito. Y los pericos que deben hacerlo al menos diez encuentros más para salvarse se habían olvidado. El domingo, en Leganés, no queda otra opción para evitar un fin de año de funeral.