Calleri reaparece ante Ávila en un choque para guerreros

Tenía 17 años Ezequiel Ávila, aun con la madurez de quien pasó una dura infancia, cuando probó en el Espanyol. Sin éxito. Como el que parecía acompañarle cuando dejó el fútbol, de nuevo entre problemas familiares, para dedicarse a la albañilería. Hasta que lo rescataron San Lorenzo de Almagro, el Huesca de Rubi y, ahora Osasuna. El 'Chimy' llega a Cornellà, que un día pudo ser su casa, para personificar con otro de sus apodos lo que representa este partido: un choque de 'guerreros'.

Especialmente lo es, claro está, para un Espanyol anclado en la zona de descenso, por lo que una victoria (que sería la primera en casa) se antoja ya obligada tras el 1-1 de la jornada pasada ante el Getafe y en la antesala de la visita, en seis días, al Real Madrid. Contará Machín al fin con Pablo Piatti, y de entrada con un compatriota tanto del menudo extremo como del 'Chimy', Jonathan Calleri, que una vez recuperado de su lesión de bíceps femoral de un mes largo de convalecencia está llamado a restituir el gol de los pericos, solo ocho en 14 jornadas, que parece directamente extraviado más allá de la frontera en una Europa League cuyas sensaciones están obligados a importar a LaLiga si no quieren hundirse.

Y sin fronteras, sin límites en una clasificación que le sitúa más cerca de la zona alta que del descenso, se aparece Osasuna, antítesis del Espanyol como local (hasta la semana pasada, encadenaba 31 partidos invicto en El Sadar), pero que a domicilio no gana desde la primera jornada en Leganés. Arrasate se planta en Cornellà con tres porteros, no por una táctica ultradefensiva sino porque Sergio Herrera, el titular, presenta molestias. Como las tendrá, y gordas, el Espanyol hoy en caso de no sumar su primer triunfo en casa.