Primera gran crisis de Unionistas
El equipo salmantino, uno de los herederos de la difunta Unión Deportiva Salamanca, es colista del Grupo II de Segunda B. Roberto Aguirre, destituido.
El Unionistas vive su crisis más profunda desde su creación en el año 2013. El equipo salmantino ocupa la última posición del Grupo II de Segunda División B, con solo cinco puntos en diez jornadas. Eso le lleva a estar a cuatro del Real Unión, equipo que marca la zona de Play Out y a seis de la salvación garantizada. Una situación crítica, para un equipo que, desde que subiera a la categoría de bronce, siempre había vivido con relativa tranquilidad.
Por ello, la Junta Directiva ha comunicado la destitución de Roberto Aguirre como primer entrenador. Con él, la pasada temporada Unionistas acabó como noveno clasificado del Grupo I, lo que le valió para un puesto en la Copa del Rey. A pesar de un pequeño bache sufrido en la segunda mitad de la campaña, el equipo se salvó con relativa holgura y apostó por un fútbol sólido y una de las mejores defensas de la categoría.
La decisión ha sido criticada por algunos aficionados, que no entienden el adiós de uno de los referentes en la primera aventura en la élite. En una rueda de prensa, Miguel Ángel Sandoval, presidente de la entidad, explicó los motivos: "Ha sido muy duro. Teníamos claro que algo había que hacer. Detectamos que se estaba perdiendo la ilusión, tanto en el campo como en la grada. Sería un ejercicio de cobardía no hacer nada. Quizás es la decisión más injusta que se pueda tomar".
Además, hizo énfasis en la 'facilidad' de destituir a un entrenador antes de tomar otras decisiones: "Ahora la rabia quedó a un lado y se notaba desánimo. Por ello, la Junta cree que lo mejor es buscar un revulsivo. No creo que debamos cambiar a toda la plantilla. No podemos esconder la cabeza. La decisión ha sido unánime contando con la comisión deportiva". Por el momento, Juan García, segundo entrenador, cogerá las riendas mientras el club trabaja con insistencia en busca de un nuevo técnico.
El Unionistas, "un club de Segunda B o metas más altas"
El club social nació con el objetivo de honrar la memoria de la difunta Unión Deportiva Salamanca. De hecho, fue creado por aficionados de la UDS y se rige por "los criterios del fútbol popular, transparente y democrático", tal y como se recoge en su página web. Pero su objetivo, como es lógico, se centra en alcanzar la élite del deporte rey, donde durante tantos años se defendió la entidad a la que homenajea. Es más, su presidente, Sandoval, habló de Unionistas en el acto como "un club de Segunda B o metas más altas".
Para ello, se hizo un importante esfuerzo en los primeros años para ir escalando categorías a pasos agigantados. Así, comenzando en provincial salmantina, el equipo logró llegar a Segunda División B, de la mano de Astu. El técnico acusó a Gorka Etxeberría, actual director de fútbol, de su marcha. La relación entre ellos no era buena, pero el proyecto seguía firme. De este modo, se contrató a Roberto Aguirre, que había acompañado a Unionistas desde el principio de su periplo en la categoría de bronce.
Ahora, han perdido al que ha sido su capitán de barco y trabajan para solventar los problemas clasificatorios. Una historia de cuento de hadas vive su primer borrón. Unionistas cierra el Grupo II, no encuentra un estilo definido y, sobre todo, está falto de ilusión. Su afición, ejemplar durante años y años, ya rema a contracorriente, al igual que su directiva. En el largo viaje, además, llegará la aventura de la Copa, un sueño si finalmente se acaban enfrentando a un club de élite. Una primera gran crisis, pero con mucho margen por resolver.
Unionistas y su otra gran batalla: reinar en la ciudad
Unionistas no es el único club nacido en Salamanca para homenajear la memoria de la Unión. También el Salamanca, que, de hecho, cuenta con el mismo escudo y juega en el Helmántico. A pesar de que el objetivo fundacional de ambas entidades es el mismo, los incidentes entre ellos no han hecho más que sucederse. Mismamente, en el último derbi, los actuales colistas acusaron al rival de expulsar a sus voluntarios del estadio; mientras que éstos se escudan en un aviso constante y un continuo caso omiso a la normativa expuesta.
En esta confrontación, ha habido más episodios, si bien es cierto que tanto uno como otro viven la aventura en Segunda B de la mano y desde la temporada 2018-19. Dejando a un lado los conflictos, que ahora no vienen al caso, la pasada campaña Unionistas se llevó la palma al finalizar la Liga en novena posición, frente al 12º puesto de los salmantinos. Por el momento, es el Salamanca el que se impone en el segundo año: es décimo y su club rival, colista.