El 'dueño' de La Cerámica visita hoy a un nuevo Villarreal
El Alavés ganó en sus tres últimas visitas al Submarino (21:00, Mov. LaLiga). El equipo de Calleja, con la confianza por las nubes.
Decir Alavés o babazorro en Vila-real, e incluso recordar las paradas de Pacheco, provoca en el Mediterráneo las mismas sensaciones que invocar al mismísimo diablo. Las tres últimas apariciones del huésped de esta noche en La Cerámica (sigue el partido en directo en As.com) se saldaron con tres derrotas para el Submarino y mil halagos para el guardameta adversario. Algo que en este tiempo no han sido capaces de lograr Barcelona (sacó dos empates y una victoria), Madrid (tres empates) y Atlético (dos derrotas y un empate). Si hay un coco al que teme Calleja, ése viste de azul y blanco.
Garitano, que venció en este estadio el curso pasado con la Real, ha enderezado su nave a tiempo. Empezó entre dudas, porque la paciencia queda para los pescadores, pero poco a poco las ha ido sorteando hasta lograr que el Alavés sea lo que fue, una roca. Fuera de casa sólo ha sumado un punto y ésa es una espina clavada. Aun así, viene de tumbar al Celta y de confirmar que Lucas Pérez cada día se parece más a aquel delantero del Depor que nos encandiló. Lleva tres goles en los últimos tres encuentros.
Pese a tantos temores que vigilar, el Villarreal está radiante. De ahí que en la última convocatoria de la Selección metiese en la lista a cuatro de sus pilares. Normal que su gente se sepa el once de memoria. Suma 22 partidos marcando, lo que sigue siendo el mejor registro de su historia. Aún no sabe lo que es ir por detrás en casa. Y siempre ha marcado antes que el rival. Pero eso no es lo mejor de este nuevo equipo cuya confianza está en las nubes. Miren su banquillo. Cada jugador que sale al campo iguala o mejora al que suple. No es extraño que hayan subido la cláusula de Chukwueze a 100 millones de euros. Si el Alavés sale vivo hoy, habrá que darle ya las llaves de La Cerámica.