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BARCELONA

La política internacional hace temblar al Slavia

Lo que en Praga debería ser pasión e ilusión estos días por la visita del Barça, sólo es incertidumbre por el futuro.

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La política internacional hace temblar al Slavia
RODOLFO MOLINADIARIO AS

Lo que en Praga debería ser pasión e ilusión estos días por la visita del Barça, sólo es incertidumbre por el futuro. El Slavia está en peligro en vísperas de uno de los partidos más importantes de su historia. En manos chinas desde 2015, un asunto político de primer rango le salpica muy peligrosamente. Pekín y Praga han roto recientemente su acuerdo de hermanamiento y el gobierno chino ha amenazado con perjuicios para la ciudad que, de momento, ya ha tenido efectos colaterales en la suspensión de conciertos de música clásica de grupos checos en China; la cancelación de una línea aérea Pekín-Praga, que será desviada a Croacia; y, lo que afecta directamente al fútbol, el corte de la financiación del Slavia.

Algunas voces se han levantado en Praga contra el partido Pirata, responsable directo de la suspensión del pacto. Pekín está hermanada con Londres, Berlín, Roma, París, Washington y Nueva York. De momento, y pese a los últimos sobresaltos territoriales en China, esos lazos se mantienen. Sin embargo, el partido Pirata se niega a mantener uno de los puntos firmado en febrero de 2016, que incluye el reconocimiento de “una sola China”, lo que implica que el gigante asiático es el único país soberano bajo ese nombre. En tiempos revueltos para la política exterior china por los sucesos de Hong-Kong, la medida del partido Pirata es inaceptable.

El Slavia de Praga pasó a manos chinas en 2015, cuando China Energy Company Limited pasó a ser el máximo accionista del club. A principios de 2018, CEFC entró en crisis y CITIC Group tomó su relevo. Pero justo a final de año CITIC le traspasó sus acciones al grupo Sinobo.
Sin deuda. En manos chinas, el Slavia ha visto limpiada su deuda y el Eden Arena, su estadio, ha pasado a ser de su propiedad. Campeón de Liga y por primera vez en la Champions en los últimos doce años, al anuncio del fin de la financiación del grupo chino fue confirmado incluso por el presidente checo, Milos Zeman. Jaroslav Tvrdik, el presidente del Slavia, encargado de administrar el dinero que llega de las arcas chinas, se ha mostrado indignado por la política local de los partidos mandatarios en Praga y ha recordado que la directriz oficial del gobierno checo y de toda la Unión Europea es el reconocimiento a una sola China.

Sin embargo, el partido Pirata, junto a sus socios en el Ayuntamiento (Praga para sí mismo y Alianza de Praga) sostiene que el consistorio fue forzado a incluir el punto de “una sola China”) y que no había lugar para el mismo en un acuerdo de hermanamiento de ciudades.
La política, pues, amenaza con hacer saltar por los aires un club histórico, fundado en 1892 y con numerosos avatares en su historia. Con entrenadores innovadores como John Willian Madden a principios de siglo XX, una primera época de oro sobre 1940 gracias a Josef Bican y su momento de gloria en Europa, cuando sólo el Girondins de Burdeos en el que jugaba un joven Zinedine Zidane pudo eliminarle en la semifinal de la UEFA de 1996 (que también alcanzó el Barça) gracias a la última gran generación del fútbol checo (Poborsky, Berger y Smicer). El Slavia mira a China. Otra vez la política en el fútbol y un equipo histórico que puede ser el gran perjudicado.