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CSKA - ESPANYOL

La doble revolución rusa del Espanyol

El Espanyol fue pionero en fichar justo después de disolverse la URSS, todos ex del CSKA de Moscú. Y Soldevilla, el primer español en ir a jugar en la Premier de Rusia.

Moscú
Korneiev.
DIARIO AS

Durante la Unión Soviética (URSS), y en especial en los años 50 del siglo pasado, algunos españoles hijos de exiliados republicanos o directamente niños de la guerra (conocidos de hecho como los Niños de Rusia) triunfaron en aquel fútbol. Como Agustín Gómez, que llegó a ser internacional y a ir citado para los Juegos Olímpicos de 1952, tarea que compaginaba con sus colaboraciones con el KGB contra el franquismo. Pero la disolución de la URSS dejó atrás esas tramas de espías y abrió el país más extenso del mundo a otra era, que futbolísticamente abrió el Espanyol en lo que a LaLiga se refiere. Una historia que conecta con el partido de este jueves por la tarde en Moscú.

La primera revolución rusa de los pericos se vivió en paralelo a que la bandera soviética fuera arriada del Kremlin. En plena Navidad de 1991, y con el equipo colista después de sufrir cinco derrotas consecutivas, el entonces presidente Julio Pardo firmó de una tacada a tres jugadores rusos: Igor Korneiev, Dimitri Galiamin y Andrei Moj. "Quien los trajo fue Iñaki Urkijo, que ejercía de intermediario y que tenía un amplio conocimiento de aquel país porque tenía una plantación de kiwis en la extinta Unión Soviética". El que lo explica con todo lujo de detalles es Jaume Sabaté, entrenador de aquel Espanyol. Reconoce que "se había sondeado el mercado español, y también durante un par de meses el alemán, y de repente salió esta opción, aunque no habíamos visto ningún vídeo de ellos".

Las Navidades de Sabaté y del españolismo fueron ajetreadas. "Me llamaron en plena Nochebuena para informarme del fichaje de los tres y para avisarme de que el día 26, San Esteban, fuera a Sarrià para verlos entrenarse en solitario, y valorarlos. Técnicamente eran muy buenos, mucha calidad, pero venían del parón liguero invernal en Rusia, tenían otros horarios, otro idioma... Pero en mes y medio más o menos se habían adaptado", recuerda Sabaté, quien en febrero fue cesado. Justo cuando llegó el cuarto ruso, Dimitri Kuznetsov, que tenía en común con los anteriores que todos habían militado en el CSKA de Moscú, rival este jueves del Espanyol.

Si extraño fue el desenlace de Korneiev, que en agosto de 1994 fichaba por el Barcelona de Cruyff, más surrealista fue la segunda de las revoluciones de los pericos. Esta la protagonizó no el club sino un jugador, Toni Soldevilla, quien en febrero de 2007 se convirtió en el primer futbolista español que iba a jugar a la Liga rusa, que no soviética. Firmó el canterano del Espanyol por dos años con el Amkar de Perm, situado al pie de los Urales, aunque la experiencia no resultó demasiado gratificante.

Toni Soldevilla.
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Toni Soldevilla.CALOS MIRA

El propio Soldevilla, hoy entrenador personal y delegado de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en Tercera, recuerda para AS que apenas jugó. "Y, cuando en verano propuse al club marcharme, me dijeron que iban a contar conmigo. Tampoco fue así". Duró apenas un año y regresó, "aunque se me debía dinero, que no me querían pagar".

El colmo de sus desgracias lo vivió en dos situaciones. Primero, cuando la Policía lo detuvo por no llevar encima el pasaporte. Y la segunda, cuando tras la cena navideña del equipo, entre cinco individuos lo apalizaron y acabó inconsciente, y llevado por un compañero al hospital. "El club pudo hacer mil cosas para hacerme sentir protegido, pero no hizo nada", lamenta Soldevilla, quien no obstante concluye: "Aprendí muchísimo". Y fue un pionero.