El colombiano Dani Torres vuelve a contar para Asier Garitano
Fue convocado el domingo ante el Mallorca aunque parecía que estaba fuera de la circulación dentro del club. La lesión de Manu García le abre hueco.
Daniel Torres fue despedido por 65.000 personas en Medellín cuando firmó con el Deportivo Alavés por unos 3,2 millones de euros. Fue el traspaso más importante de la historia del club por aquellos años (luego lo superaría John Guidetti, con 4). Venía como internacional con Colombia y había destacado en varios equipos de su país a pesar de haber tenido que afrontar y superar unos serios problemas con el alcohol.
Lo primero que llamó la atención cuando aterrizó en Primera fue su profunda religiosidad. De hecho, antes de los partidos, se descalzaba y rezaba en conexión telefónica con una asesora espiritual para alejar las malas influencias del césped. Poco a poco fue perdiendo protagonismo dentro del Alavés porque, al margen de ser bastante intenso y comprometido, daba la sensación de que no se acostumbraba al ritmo de la Primera española.
Lo cierto es que marchó cedido en el pasado mercado invernal al Albacete, tras más de dos años en Vitoria. Gustó su juego y, este mismo verano, el club manchego y otros muchos de Segunda, se interesaron por sus servicios ya fuera como cedido o traspasado. Pero Torres cobra cerca de 800.000 euros de ficha y eso en la segunda categoría son palabras mayores. El Oviedo y el Dépor estuvieron cerca de cerrar su pase pero al final no cuajaron las operaciones abiertas. Torres termina contrato en Vitoria en junio de 2020 y, ahora mismo, el centrocampista tiene 29 años.
En el caso de los gallegos, llegaron a ofrecer 400.000 euros pero el jugador pidió al Alavés que pusiera la diferencia para convencerle. Su no salida propició un momento complicado en las oficinas de Mendizorroza porque al final no se pudo cerrar el préstamo de Majeed Waris, que llegaba cedido por el Oporto. El jugador estaba ya en Vitoria y había pasado las pruebas médicas pero se tuvo que volver a Portugal con su agente en la mañana del 2 de septiembre.
Torres cayó aún más en desgracia dentro del conjunto alavesista pero la LFP te obliga por ley a dar dorsal a aquellos jugadores que estaban en la plantilla en la temporada pasada y que no hubieran encontrado acomodo en ninguna otra entidad. El 16, por lo tanto, sigue siendo suyo. Otra cosa es que fuera a jugar o que, en la práctica, quedara al margen de la disciplina del equipo albiazul.
El cafetero es una buena persona y un gran compañero. Nunca dice una palabra más alta que otra y jamás se ha quejado por su situación, más bien al revés. "Si es el destino que me ha deparado el Señor, no tengo nada que decir, yo soy su siervo", suele comentar. Parece que a Garitano sí le ha convencido y, por ahora, lo ha premiado con una convocatoria debido a la baja de Manu García por lesión. Estuvo en la lista del domingo contra el Real Mallorca. Javi Muñoz, también centrocampista, por ejemplo, todavía no ha gozado de ese mínimo privilegio. También es cierto que si el Alavés lo quiere vender en las próximas aperturas de mercado tendrá que estar en el escaparate y no escondido en un almacén.