Galán, el azote de la RFEF, logra la propiedad industrial del VAR
El director de CENAFE gana un pulso a Mediapro y, falta de la confirmación europea, tendría la concesión total de su marca hasta 2029 para explotar los derechos.
AS desveló el pasado 24 de abril una historia desconocida sobre el VAR. Si la patente del invento del mecanismo fue en su día de Mario Conde y la propiedad intelectual la reclamó Francisco López, ahora había una puja por hacerse con la propiedad industrial de la marca para poder comercializar sus derechos. La querían Mediapro y Miguel Galán, director de la escuela de entrenadores CENAFE y azote de la RFEF por querellas y denuncias a raíz del Caso Haití, Recre, Soule, etc. Y ayer la historia tuvo continuidad. La Oficina Española de Patentes y Marcas le dio la concesión total al empresario madrileño para los próximos 10 años después de unos meses de suspenso.
Galán hizo la solicitud el pasado 7 de febrero. Vio que ya había seis registros del acrónimo VAR, así que pagó vía online 850 euros en la oficina europea (EUIPO) para registrar de forma más descriptiva la marca VAR-Video Assistant Referee (referencia 018019997). Mediapro reaccionó y el 12 de abril presentó oposición, basándose en otra marca que ya tenía registrada en España con la referencia M3697106 (VAR, sin descripción) desde el 22 de junio de 2018. La resolución, ante la que se puede recurrir en un mes, es clara: "No se considera de aplicación el artículo 6.1.b) de la Ley de Marcas (Ley 17/2001, de diciembre), por diferencias denominativas y gráficas con las marcas oponentes A 017668906 VAR y A 017668906 VAR. Los términos coincidentes de las marcas en liza son descriptivas de los servicios reivindicados y no apropiables en exclusiva, (video assistant referee o videoarbitraje)".
La EUIPO les dio dos meses para conciliar. Y pese a los contactos de Galán con Ipamark, agente que lleva las marcas y patentes en Mediapro, no hubo un acuerdo. Tras este nuevo paso en el proceso, ahora será el organismo internacional el que sentencie quién tiene la razón o si deben convivir ambas marcas, cada uno con su nombre y su logo.
Un historia curiosa tras el VAR
FIFA y UEFA se apoderaron de lo que hoy conocemos como videoarbitraje, pero su origen y su futuro pasan por España. El germen del invento fue de Antonio Ibáñez de Alba. El que fuera científico gaditano de la NASA fue contratado en 1995 por Mario Conde para desarrollar una serie de patentes en su sociedad Valores Antillanos. A Ibáñez de Alba ya se le había encendido la bombilla, indignado, con el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el 94, así que en cuanto llegó a su nueva empresa se puso a elaborar el informe preliminar de un sistema inteligente para asistencia en decisiones arbitrales de diversos deportes. Conde le animó a patentarlo y lo registró con el nombre de su empresa el 1 de septiembre de 1995. Éste sólo fue el primer lío del VAR, ya que acabó con una denuncia de Ibáñez de Alba a Conde, en la cárcel y embargado, por apropiación de patentes (la protección es durante 20 años) como única vía para cobrar su trabajo.
Le hicieron el mismo caso a Ibáñez de Alba que la RFEF a Francisco López. Este madrileño de 64 años aseguró en AS en 2017, papeles en mano, que el invento era suyo y que, tras habérselo expuesto en diversas ocasiones a la RFEF y a la FIFA, estos organismos lo plagiaron. Inscribió su proyecto en el Registro General de la Propiedad Intelectual en 1999 bajo el nombre de El Fútbol del Siglo XXI, y su posterior ampliación fue inscrita en dicho registro en 2006. Por esta discriminación, puso una querella criminal (admitida a trámite) contra Ángel María Villar (expresidente de la RFEF) y García Aranda (jefe del departamento de arbitraje de la FIFA), además de Infantino (presidente de la FIFA) y Rubiales (actual presidente de la RFEF) como responsables subsidiarios. Y el caso aún sigue abierto, con la petición de López de 15 millones de euros como compensación que donaría a organizaciones no gubernamentales de la lucha contra el Alzheimer y el cáncer.
La aparición de Galán y Mediapro sólo es un episodio más en esta historia.