Mario Conde, López, Mediapro y Galán, 'propietarios' del VAR
El invento del mecanismo es del primero, el segundo reclama la propiedad intelectual y los otros pelean por la propiedad industrial de la marca.
Los líos del VAR dentro del campo tienen su extensión fuera de él. FIFA y UEFA se han apoderado de lo que hoy conocemos como videoarbitraje, pero su origen y su futuro pasan por España. El germen del invento fue de Antonio Ibáñez de Alba. El que fuera científico gaditano de la NASA, ahora residente en La Mancha, fue contratado en 1995 por Mario Conde para desarrollar una serie de patentes en su sociedad Valores Antillanos. El empresario, según reveló El Mundo el verano pasado, le había conocido por unas exitosas palmeras que había diseñado para Gadafi, así que le dio plenos poderes en su departamento de I+D con el objetivo de adelantarse a las necesidades de la gente. A Ibáñez de Alba ya se le había encendido la bombilla, indignado, con el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el 94, así que en cuanto llegó a su nueva empresa se puso a elaborar el informe preliminar de un sistema inteligente para asistencia en decisiones arbitrales de diversos deportes. Conde le animó a patentarlo, por lo que Valores Antillanos lo registró el 1 de septiembre de 1995. Éste sólo fue el primer capítulo del VAR, que por cierto acabó con una denuncia de Ibáñez de Alba a Conde, en la cárcel y embargado, por apropiación de patentes como única vía para cobrar su trabajo. La protección por patente se concede por un período de 20 años, así que sus escritos a FIFA y Adidas para reclamar el invento no tuvieron respuesta según reconoció el inventor en una entrevista concedida a El Mundo. Conde ni dijo esta boca es mía.
Le hicieron el mismo caso a Ibáñez de Alba que la RFEF a Francisco López. Este madrileño de 64 años aseguró en AS en 2017, papeles en mano, que el invento era suyo y que, tras habérselo expuesto en diversas ocasiones a la RFEF y a la FIFA, estos organismos lo plagiaron. Inscribió su proyecto en el Registro General de la Propiedad Intelectual en 1999 bajo el nombre de El Fútbol del Siglo XXI, y su posterior ampliación fue inscrita en dicho registro en 2006. Por esta discriminación, puso una querella criminal (admitida a trámite) contra Ángel María Villar (expresidente de la RFEF) y García Aranda (jefe del departamento de arbitraje de la FIFA), además de Infantino (presidente de la FIFA) y Rubiales (actual presidente de la RFEF) como responsables subsidiarios. Y el caso aún sigue abierto, con la petición de López de 15 millones de euros como compensación que donaría a organizaciones no gubernamentales de la lucha contra el Alzheimer y el cáncer.
Por si fuera poco, ahora han surgido más agentes en este singular caso. Miguel Galán, director de la escuela de entrenadores CENAFE, decidió el pasado 7 de febrero solicitar la propiedad industrial de la marca para poder comercializar sus derechos. Vio que ya había seis registros del acrónimo VAR, así que pagó vía online 850 euros en la oficina de marcas y patentes de la Unión Europea (EUIPO) para registrar de forma más descriptiva la marca VAR-Video Assistant Referee con el número de referencia 018019997. Curiosamente, el 12 de abril Mediapro presentó oposición contra la marca de Galán, basándose en otra que ya tenía registrada en España (VAR, a secas) desde el 22 de junio de 2018. Ésta con la referencia número M3697106. La EUIPO les ha dado dos meses para conciliar, en lo que se llama un periodo de reflexión. Según reconoce Galán, ha habido algún contacto con Ipamark, que es el agente que lleva las marcas y patentes en Mediapro, pero no ha habido acercamiento. Por eso, se prevé que sea la EUIPO la que decida en unos meses quién tiene la razón o si deben convivir ambas marcas.
