Otro momento crítico para Valverde en el Barça
Después de la caída de Roma (2017-18) y la hecatombe de Liverpool (2018-19) agudizada en la final de Copa, esta es su primera situación delicada en tres años en LaLiga.
Si algo define a Valverde es la honestidad. La de sus palabras en Los Cármenes era brutal ("me considero responsable", "cuando pierdes, al menos has tenido que intentar merecer ganar..., y no hemos merecido ganar"). Pero si es por honestidad, su estampa parado en la zona técnica y finalmente sentado en el banquillo viendo el panorama del 2-0 engañaba menos todavía. Un hombre preocupado y casi trists que observa casi con desolación que la cosa no marcha y que este equipo que hace leyenda hace más de una década se empieza a derrumbar. El Barça ha empezado absolutamente desnortado la temporada lejos del Camp Nou. Sus resultados fuera son los peores de los últimos 25 años y, para un entrenador que terminó la temporada discutido, esa es la peor noticia posible.
Esta es la tercera temporada de Valverde en el Barça y este es su tercer momento crítico. El Txingurri, que aterrizó en plena depresión por la marcha de Neymar al PSG, fue capaz de volver a reinventar al Barça de Messi. Se inventó un 4-4-2 que hizo olvidar al brasileño a través del orden y de un equipo ortodoxo que no perdió un partido de Liga casi hasta el final (Levante) cuando ya era campeón. Sin embargo, Valverde vivió su primer momento crítico en el Barça ese primer curso. Bartomeu pensó romperlo todo y cargárselo después del 3-0 de Roma que echó al Barça de la Champions en los cuartos de final. La decepción fue mayúscula en la planta noble de Can Barça y Bartomeu se encargó de hacer correr la idea de que el puesto de Valverde corría peligro si perdía la final de Copa contra el Sevilla en el Wanda. El Barça la ganó 5-0 en una respuesta contundente del vestuario al presidente sobre su confianza en el entrenador.
Después de volver a arrasar en LaLiga como el primer año, y de ser un equipo más fiable fuera de casa en Europa (victorias en Wembley ante el Tottenham y Old Trafford ante el United), el Barça se volvió a despeñar en Liverpool. Aquel 4-0 dejó en shock al Barça, que ya se veía en la final del Wanda Metropolitano. Un golpe durísimo que, pese a que aquel día tuvo más de poca reacción en los jugadores, especialmente en los líderes, que de error táctico, volvió a iluminar la figura del Txingurri. Una caída de la que algunos aún no se han recuperado y que tuvo el estoque en el Benito Villamarín. Después de perder la final de Copa contra el Valencia, el puesto de Valverde corrió peligro 48 horas. Fue Josep Maria Bartomeu en primera persona quien confirmó la continuidad de Valverde pese a la falta de unanimidad en la Junta Directiva. Bartomeu impuso su criterio y viendo que el mercado no le ofrecía ningún técnico de garantías, decidió con todas las consecuencias que Valverde siguiese.
Pero este curso la crisis ha empezado mucho antes de lo previsto. Es septiembre y el Barça ya está en una situación límite. Con los peores resultados en LaLiga de los últimos 25 años. Sin respuestas fuera de casa y, lo que es peor, con síntomas de cierto hartazgo en el vestuario. Es el tercer momento crítico de Valverde, el primero en LaLiga. Por lo que sea, el equipo no tira y nada funciona. Piqué lleva cuatro tarjetas en cinco partidos, Suárez sigue sin aparecer lejos de casa, Griezmann parece aparcado sin sentido en la banda izquierda sin capacidad para rebelarse. Eso por no hablar de las apariciones y desapariciones de Busquets y Rakitic en el centro del campo, el desastre de los laterales, el minuto loco de Vidal nada más salir en Granada y la poca comunicación que se observa. Eso sin contar con el capitán, Messi, que apuró sus vacaciones hasta el último minuto, se lesionó en el primer entrenamiento del curso y ha dado síntomas de estar muy corto de preparación en sus dos ratos en Dortmund y Granada. Otro Messi ya hubiera estado al mando de las operaciones en Los Cármenes y no ha sido el caso. Demasiadas malas noticias para el Barça, que no tuvo alma, táctica, pasión ni fútbol en Granada y parece falto de estímulos. La amenaza de caer a plomo, de que se acabe una era. En mitad de ese descampado que es ahora el Barça está Ernesto Valverde. Es un hombre inteligente y con recursos y lo está intentando: se ha inventado a Ansu Fati, ha movido jugadores y dibujo... Pero igual ha llegado la fecha de caducidad de algunos jugadores. O de la convivencia del grupo. Para salir de este tercer momento crítico va a tener que superarse.