Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

ATLÉTICO DE MADRID

El show del ‘Profe’

El preparador físico protagoniza la cuarta sesión del Atlético sin internacionales. Morata y Thomas ausencias con el grupo.

El show del ‘Profe’
EDUARDO CANDEL REVIEJODIARIO AS

Cuarta sesión del Atlético sin internacionales y un protagonista, el Profe Ortega. Con solo doce futbolistas (diez del primer equipo, tres canteranos, Riquelme, Toni Moya y Manu Sánchez, y otras dos ausencias: Thomas, entrenamiento individualizado, y Morata, en el gimnasio recuperándose de su esguince de rodilla) su circuito físico fue la nota de color de la sesión rojiblanca.

"No se puede hacer todo perfecto, Lodi, sino vivirías en la luna". Se escuchaba al preparador mientras los futbolistas realizaban un ejercicio de coordinación con unos aros azules y rojos en el suelo. Si el Profe decía azul debían comenzar pisando el rojo, pie fuera, si azul al revés, pie dentro. Sus órdenes iban cambiando con cada jugador y, claro, los fallos, las risas, el aro que se levanta del suelo. O que no se pisa. Como ahora Lodi. "No se puede hacer todo perfecto, Lodi". Y Costa que se ríe y se dirige al lateral riendo. Porque eso, el show del Profe sobre todo trae risas.

Risas entre la fila de jugadores mientras iban completando otro ejercicio de coordinación, ahora con dos aros, picas en el suelo como formando un castro y una orden: "Quiero ver esa samba ‘Costinha". Lo cierto es que el hispano-brasileño fue el que mejor la completó. También, obvio, Lodi y Felipe, que incluso practicó pasos antes de hacerlo. A Saponjic fue al que más le costó. A Vitolo Simeone le felicitó pero con puntos suspensivos. "Ahora si lo haces más rápido...". Risas entre todos. Para el Profe es "Vitorino".

Una vez terminó esta parte de la sesión, se apagó la voz del Profe, se escuchó la de Simeone. Trabajaron los remates a puerta como el día anterior pero sacando la pelota desde atrás y la presión en espacio reducido con un partidillo a medio campo. Donde la samba de Costa siempre es otra. Ese grito, caralho, que sale de su boca cada vez que falla, marca una ocasión.