Crisis de pretemporada en el Barça en la jornada tres

Probablemente si al peor enemigo del Barcelona le hubieran permitido escribir un guión sobre cómo debería ser la peor puesta en escena posible del equipo blaugrana este curso, no le hubiera salido una historia como la realidad que vive el conjunto blaugrana a día de hoy.

El club catalán ha logrado reunir una serie de catastróficas desdichas inigualable. Unas llegan por el azar, pero otras se las ha ganado a pulso tirando piedras contra su propio tejado.

En lo que hace referencia a las primeras están las lesiones. No es normal que se lesionen a la vez Messi, Luis Suárez y Dembélé, la delantera titular en pleno. Pero algo sí que podía haberse previsto. Tanto Messi como Dembélé pasaron olímpicamente de los controles médicos que les eran preceptivos. Messi llego con el tiempo justo para llegar al Gamper, no pasó la revisión médica correspondiente antes del primer entrenamiento como el resto de sus compañeros y se rompió en el primer entrenamiento con el grupo, lo que le impidió ir a la gira americana. Diez días le diagnosticaron. Lleva 25 de baja.

Dembélé, por su parte, se saltó a la torera las recomendaciones del cuerpo médico del Barça (y cualquier al atisbo de sentido común) al acabar el partido de la primera jornada en San Mamés con molestias y pasarse por el arco del triunfo su visita al médico. Se fue de fin de semana. Al igual que Messi, se rompió nada más volver.

Todo eso en el contexto de una pretemporada sin pies ni cabeza, con dos giras en dos continentes y organizada a mayor gloria del departamento de marketing que del departamento deportivo. Sin tiempo para entrenar, con muchos viajes y ante rivales que no aportaban nada.

Y falta la guinda del pastel que ha desestabilizado lo que faltaba por desestabilizar: el caso Neymar. El interés por repatriar al jugador ha centrado tanto los focos de la actualidad blaugrana que la competición ha pasado a un segundo plano.

Más allá de que llegara o no, hay muy pocos jugadores de la plantilla que no se hayan visto afectados por los rumores en torno a la operación: cualquier futbolista del Barça se levantaba un día con la noticia en los papeles de que estaba encima de una mesa negociadora como moneda de cambio. Y ante este desastre, Griezmann falla como una escopeta de feria en los partidos fuera de casa, De Jong no arranca y las únicas buenas noticias para el culé llegan de La Masia, donde Valverde han encontrado en Ansu Fati y Carles Pérez un paño caliente a tanto desastre.

Por último, el peor inicio de competición que se recuerda en años. Cuatro de nueve puntos posibles. Y un sorteo de Champions nada fácil. Nada que en la pretemporada no pueda arreglarse, pero como decidieron despreciar la pretemporada, ahora se ven en plena jornada tres y en el mes de septiembre viviendo una crisis propia del mes de julio.