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BARCELONA

El Barça, en el caso Neymar: genialidad o improvisación

Empezó negando cualquier interés por el jugador, siguió haciéndose el desinteresado, luego fue a por el canje y ya habla de una cesión. Quedan 12 días de mercado.

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El Barça, en el caso Neymar: genialidad o improvisación
REUTERS

Llegados a este punto, la estrategia del Barcelona con Neymar no admite término medio. O es una genialidad que firmaría el Profesor de la Casa de Papel en la que todo está milimétricamente preparado y en la que cuando todo parece perdido se encuentra una solución que estaba ya prevista de antemano, o es de una improvisación constante que va al albur de la marea que toca.

Vayamos por partes. Hace sólo seis meses, desde las más altas instancias del Barcelona se aseguraba de manera vehemente en círculos íntimos y en mesas de reservados de restaurantes, off the record por supuesto, que "no había la más mínima opción de que regrese Neymar". Se destacaba que era un jugador que había engañado al club y que además les había puesto una demanda.

No obstante, las llamadas de Neymar a Messi y Suárez, sus allegados en el vestuario que mandan bastante, aderezadas con regulares visitas a Sant Joan Despí, donde a pesar de las denuncias el brasileño entraba como Pedro por su casa llevaron al Barcelona a sondear los posibles caminos de vuelta. Nada serio, decían. Por mirar.

En diversas intervenciones, ya fueran del presidente o de los vicepresidentes, luego en singular, porque Mestre dimitió, se pasó al relato de que el problema era del PSG, o a lo sumo del jugador. "Sabemos que el jugador quiere salir, pero el PSG no quiere venderlo, así que no hay caso" se repetía como un mantra.

El Barça asistía como aparente espectador a los desplantes del brasileño a su actual club, al que no dudaba en recordarle la dolorosa derrota en el Camp Nou por 6-1 cuando él vestía la camiseta blaugrana. En ese momento, el Barcelona, como figura pasiva, aceptó que varios intermediarios negociaran en su nombre. Ya se había dado un paso más, al que el PSG respondió con la contundencia habitual. Parecía que Bartomeu tenía razón. No había caso.

Luego llegó aquello de que Neymar no se presentara supuestamente el día que le habían citado a entrenarse con el PSG y la cosa se calentó hasta el punto que el Barcelona ya admitió que estaría dispuesto a hablar del retorno siempre y cuando no costara dinero.

Se entró en la fase de intercambio de jugadores. Nadie sabe si esa estrategia estaba prevista en la hoja de ruta del 'Profesor Bartomeu' en su plan de asalto o respondía a la escasez en las arcas y se volvía a improvisar. Cillessen no había salido por lo que se esperaba, Coutinho no recibía ofertas mientras el mercado inglés cerraba puertas y tampoco había bofetadas por Rakitic. A Semedo y a Dembélé los habían declarado intransferibles. Así que el Barça pasó de la fase de negación, después a la de indiferencia y más tarde a la de estar oficialmente interesado.

Era necesario hacer un gesto y el 'Profesor Bartomeu' envió una delegación de segundo orden a París para proponer al PSG ese fichaje sin dinero. Los franceses, dijeron que no, pero faltaba una reunión cara a cara el viernes pasado entre Bartomeu y Al-Khelaifi en Liverpool aprovechando la reunión de la ejecutiva de la ECA. Nadie sabe si estaba previsto o fue una nueva improvisación, pero el presidente del Barça no acudió a la cita.

Ahora, tras una reunión del alto estado blaugrana, el Barça ha propuesto la posibilidad de una cesión con obligación de compra que se ve se ha enviado por escrito. La respuesta ha sido otro sonoro portazo. Quedan 12 días para que cierre el mercado y se espera el próximo movimiento del Barcelona. Sin saber si estará milimétricamente previsto o va a ser fruto de la más absoluta improvisación. O la Casa de Papel o, simplemente, hacer un papelón.

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