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VALENCIA

Consenso por un defensa y Manu Vallejo; a vueltas con el medio

El perfil que quiere Marcelino es el de un defensa con experiencia, polivalente, zurdo y que sume cuando juegue y asuma su rol cuando no.

Marcelino y Mateu Alemany.
Lázaro de la Penya / VCF

Las palabras de Marcelino en Sion pusieron banda sonora al final de la estadía del Valencia en Suiza. Los días en Crans Montana estuvieron marcados por el viaje a Singapur, donde sentaron junto al dueño Peter Lim las bases del tercer proyecto en el Valencia de Alemany y Marcelino. Lo dicho por unos y otros durante los días de concentración en suiza permiten dibujar en qué punto está hoy la planificación, en qué hay consenso y en qué diferencias, aunque con un mismo fin: mejorar a un Valencia que no puede vivir de la Copa que ganó en Sevilla ni perder la perspectiva de lo que le costó meterse en Champions por segundo año consecutivo.

Todos los actores tienen claro que la fórmula para que el proyecto siga creciendo es meterse no uno ni dos sino durante varios años seguidos en Champions. Además, como objetivo deportivo, más alla de la cuarta plaza, se marcan vivir la experiencia de la Champions más allá de la liguilla. Todo ello se traduce en un nivel alto de exigencia cada tres días y, como se encargó de recordar Marcelino en Sion, “vemos la inversión de Sevilla y Betis… que Villarreal, Athletic y Real Sociedad no compiten en Europa…”

La base del proyecto ya se tiene. Su fuerza radica en la continuidad de las piezas que se consideran importantes en el equipo (Garay, Gabriel, Gayà, Parejo, Kondogbia, Guedes, Coquelin y Rodrigo) y la de aquellos futbolistas que dan un plus de competitividad y a su vez convivencia sana (Piccini, Diakhaby, Carlos Soler, Wass, Cheryshev, Ferran o Gameiro). A ellos se les ha sumado un portero como Cillessen que se da por hecho que mínimo igualará el rendimiento de Neto y el fichaje de Maxi Gómez, que se confía en que mejore los registros de Santi Mina y los de la parcela ofensiva en general. ¿Y a partir de ahí, qué?

De Singapur, como viene informando AS, se regresó con consenso en cuanto a una posición a reforzar sí o sí y en darle la oportunidad a un nombre propio: Manu Vallejo. Vayamos por partes. El Valencia se va a reforzar seguro con un defensa. Lo hará por necesidad numérica y cualitativa. Lo quiere Marcelino, lo comparte Alemany y lo aceptó Lim. Marcelino solo cuenta con tres centrales (por lo que ninguno podría ni resfriarse) y tiene claro el perfil que busca: un jugador con experiencia, polivalente (zurdo a ser posible) y sin aires de estrella, es decir, que rinda cuando sea titular y asuma su rol cuando no lo sea, que será la más de las veces porque Garay, Gabriel y Diakhaby parten por delante, algo que Vezo y sobre todo Murillo no entendieron.

Caso Manu Vallejo

El gaditano tiene encandilado a Pablo Longoria. De ahí la apuesta que hizo el Valencia en enero por él (algo más de 5 millones). Marcelino siempre repite y tiene presente el salto enorme que hay entre brillar en el Cádiz y competir por jugar en la Champions. Pero la actitud del gaditano le está gustando y su calidad le lleva a darle la oportunidad de ganarse plaza en el equipo, algo que por ejemplo ya no tiene Rubén Sobrino.

La fórmula de cuatro delanteros susceptibles de ser titulares salió rana el curso verano y desde el club se recuerda que Rodrigo, Gameiro y Santi Mina rindieron a su nivel de siempre cuando Batshuayi abandonó el club. Además, la polivalencia de Guedes y Cheryshev hace que no haya necesidad ni prioridad de reforzar la delantera con otro jugador.

Marcelino habla de refuerzos; en plural

Marcelino, más allá de un central y de Manu Vallejo, habla abiertamente de refuerzos. En plural. Y ahí choca con el mensaje institucional que ha emergido en los corrillos en Crans Montana. Desde el club solo se asegura el fichaje de un defensa y, a partir de ahí, “ya veremos”. Más que un choque de intereses, que obviamente en conceptos económicos los hay (la intención del club es controlar en la medida de lo posible los gastos y hay una línea roja en cuanto a salarios), pero lo que más difiere la postura de entrenador y club son los tiempos.

Marcelino, como todo entrenador, quisiera tener la plantilla cerrada “cuanto antes, mejor”; sobre todo porque “las decisiones sobre las salidas las tenemos tomadas y tenemos una idea clara de los jugadores que queremos que vengan con nosotros”. Pero, lo dicho, los tiempos de Alemany y Longoria son otros. Principalmente por dos motivos: la posibilidad latente de que la Premier llame a la puerta del Valencia por algún futbolista importantes antes del 8 de agosto (cierre de la ventana en Inglaterra) y porque en operaciones como la de Rafinha -cuyo nombre sigue muy presente- el Valencia quiere jugar su baza a fuego lento, aunque haya riesgo de perderlo.

"Las decisiones sobre las salidas las tenemos tomadas y tenemos una idea clara de los jugadores que queremos que vengan con nosotros”

Marcelino

La operación salida tendrá un empujón con al vuelta a España

En lo que a salidas se refiere, Uros Racic, Medrán y Sobrino saben que no cuentan para Marcelino, aunque cada caso es diferente. A Racic no se le quiere perder de vista, con Medrán se busca una solución para desvincularse definitivamente, mientras que con Sobrino se tratará de recuperar lo invertido en enero, aunque todo sea dicho las formas en la que están actuando en su caso invitan a pensar en todo lo contrario. Con Kang-in Lee se tiene claro que no se va a cometer el error de tenerle en plantilla sin que apenas vaya a tener minutos y no parece que ese rol vaya a cambiar, por lo que se le busca destino para tener regularidad. Fran Villalba se ha ganado que el Valencia no le pierda de vista, aunque saldrá cedido o traspasado con opción de recompra. El futuro de Salva Ruiz está pendiente de ese defensa que está por llegar; mientras que con Jason, quien no duda en que va a continuar, Marcelino tiene una postura y Alemany y Longoria, a día de hoy, otra.