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FUENLABRADA

El Fuenla testa de nuevo a Kato, el amigo de Fernando Torres

El mediocentro japonés de 30 años ya estuvo a prueba con los azulones en diciembre gracias a la recomendación de 'El Niño' con el que coincidió en el Sagan Tosu.

El Fuenlabrada testa de nuevo a Kato, el amigo de Fernando Torres
INMA FLORESDIARIO AS

Mientras la plantilla del Fuenlabrada se esmera en seguir las órdenes de Miguel Chamorro, el preparador físico, la mirada furtiva de uno sus integrantes se escapa desparramada en todas direcciones. Esconde curiosidad y ganas de aprender. Llamativo que su dueño sea un trotamundos testigo de mil vidas exiliado de Japón en la búsqueda de un sueño recurrente. "Yo quiero triunfar en España", repite Kohei Kato (30 años) con la misma vehemencia con la que lo decía (en perfecto español, por cierto) hace siete meses, cuando ya estuvo a prueba con los azulones gracias a la recomendación de uno de sus mejores amigos, del mismísimo Fernando Torres.

Entonces el fichaje de este polivalente mediocentro nipón por el Fuenla fue una quimera lastrada por motivos burocráticos y económicos. Ahora, con el ascenso a Segunda, se ha abierto la posibilidad de intentar de nuevo su contratación. El viernes comenzó la pretemporada como si fuera un miembro más de la plantilla de Mere Hermoso. Le queda poco, parece, para serlo.

La dirección deportiva está encantada con su estilo y en el vestuario también lo adoran por su calidad humana y futbolística. El resto de factores también reman a su favor. El club tiene ahora más tiempo para acometer el papeleo y las limitaciones económicas ya no son tan grandes, aunque el club siga con un presupuesto ajustado, uno de los más modestos de la categoría. Kato puede ser, en breve, uno de los 12 fichajes que quiere acometer el Fuenla de aquí a final del mercado. Ahora depende de que acepte las condiciones que le ofrecerán.

Recomendado por Fernando Torres

Kohei llegó a Fuenlabrada gracias a Fernando Torres, con el que ha tejido una profunda amistad. Cuando 'El Niño' firmó por el Sagan Tosu, era uno de los integrantes de la plantilla nipona. El primer día que el ariete español pisó su vestuario, Kohei se llenó de arrojo y se lanzó a saludarlo. "Se sorprendió cuando vio que hablaba español", relataba en diciembre a AS este futbolista abonado a la aventura.

Su manejo de la lengua de Cervantes tiene orígenes argentinos. En ese anhelo por acabar algún día jugando en nuestro país, hizo las maletas para probar en el modesto Sacachispas, un Segunda B bonaerense por el que firmó en 2012. La aventura le duró siete meses en los que perdió más dinero del que ganó. Al menos le sirvió para aprender el idioma, eso sí, con algún que otro deje de la tierra del tango.

Ese año casi firma por el Toledo, pero el papeleo lo impidió. Entonces inició un periplo que le llevó a Montenegro (allí cobró apenas 300 euros al mes), Polonia y Bulgaria, donde incluso disputó una previa de la Europa League. También volvió a Japón, donde los contratos eran mucho más jugosos que en el viejo continente. Llegó a tener ofertas de 15.000 euros al mes. Pero él quería triunfar en España. Por eso le pidió ayuda a Torres. En diciembre el delantero habló con sus agentes de Bahía y el Fuenla aceptó un reto que se convirtió en intento fallido.

En enero, y viendo que no podía fichar por el Fuenla, retornó a Polonia donde firmó con el Widzew Low, equipo de la Segunda local en el que llegó a disputar once partidos antes de recibir, de nuevo, la llamada azulona para probar esta vez ya con la opción de jugar en el fútbol profesional español. Kohei ni se lo pensó, hizo las maletas y el viernes se plantó de nuevo con la mirada cargada de ganas de aprender en el estadio que lleva el nombre de uno de sus mejores amigos y padrino en España: el mismísimo Fernando Torres.