Objetivo del Cholo Simeone: endurecer a Joao Félix
El técnico rojiblanco se convierte en la sombra del luso en Los Ángeles de San Rafael para mejorar su defensa. "Pierna dura, Joao, fuerte..."
"Fuerte, fuerte, Joao". Desde que el lunes comenzó la estadía del Atlético en Los Ángeles de San Rafael, esa es una frase en boca del Cholo en cada sesión. Y una obsesión en su cabeza: endurecer a Joao Félix. De sus cualidades en ataque no se duda. En estos tres días va dejando perlas. Ayer por la tarde mismo. Un golazo en uno de los partidillos de ataque tras un gran gesto técnico anterior. Pero para jugar en el Atleti del Cholo también se debe ser contundente en defensa. Y ahí es donde el Cholo insiste e insiste.
El técnico argentino quiere hacer con el portugués, el fichaje más caro de la historia del club, 127 millones, 57 más que los que hace un año se pagaron por Lemar (70), lo que hace cinco pretemporadas hizo con Griezmann: un futbolista total, capaz de combinar el frac y el mono de trabajo. Aunque entonces, en aquel verano de 2014 no insistiera tanto como ahora: Griezmann llegó con 24 y mucha carrera en la Real Sociedad (202 partidos, 53 goles, 21 en la temporada anterior a dar el salto). Joao lo hace con 19, 43 partidos en Primera, con el Benfica, y una responsabilidad: valer esos 127 millones, convertirse en la pizarra del Atleti en lo que era Griezmann, su estrella. Por eso desde que llegó a Segovia tiene dos sombras. Una es la suya. La otra lleva gorra negra, es Simeone.
Tres repeticiones con Correa y Vitolo
El Cholo siempre está encima de cada ejercicio en el que está el portugués. E insiste una y otra vez en la defensa. "Pierna dura, Joao, ¡pierna dura!", "a robar, no mirar", "sacá la pierna", las frases le salían a borbotones el lunes, dirigidas a Joao, en un rondo. Después insistiría en el primero de los partidillos que el luso jugaba como rojiblanco. Por la mañana ya le había mandado repetir un ejercicio de uno contra uno ante Correa: no lo dio por válido hasta que Joao no logró rebañarle el balón al escurridizo argentino. Ayer, lo mismo, ahora con Vitolo. Uno contra uno, el canario que le encara, amaga con irse a la izquierda y se va a la derecha, una, dos veces, y antes de la tercera el Cholo para el ejercicio. Se acerca a Joao. "Tenés que ponerte así", le dice mientras corrige la posición de su cuerpo: en vez de frontal, lateral. "No retrocedas, meté la pierna".
Un silbato, se inicia la jugada, Vitolo que vuelve, pero esta vez sí, ya no se va. Joao se lanza al suelo y le quita la pelota. Cholo mira y sonríe. A Joao aún le quedan muchas, muchas lecciones. Sí, el curso acelerado de defensa va dando sus frutos.