BRASIL 3-1 PERÚ
Brasil evita un Perucanazo
Más alivio que alegría. Brasil no ganó la Copa América. No la perdió. Volvió a sufrir más de lo esperado y triunfó con apuros, con diez jugadores, un partido que parecía controlado.
Más alivio que alegría. Brasil este domingo no ganó la Copa América. No la perdió. Y apenas hubo celebración de la afición carioca. Fiesta tímida, porque mañana es lunes y toca trabajar. En Maracaná la verde e amarela volvió a sufrir más de lo esperado. Jugó los últimos veinte minutos con un jugador menos tras una roja infantil de Gabriel Jesus y ganó por la mínima un partido que, en momentos, parecía que lo tenía controlado.
Brasil encontró su primer gol temprano pero cuando peor jugaba, cuando más obtusa estaba y más crecida se veía la animosa Perú, motivada tras superar a dos de los grandes favoritos, Uruguay y Chile, en cuartos y semifinal, después de ser humillada por los brasileños (5-0) en el último partido de la fase de grupos. Lo marcó Everton ‘Cebolinha’ con un remate raso y de primera, después de bonita jugada y centro milimétrico de Gabriel Jesus por la derecha en el minuto 15. Brasil creció y fue al acecho contra los peruanos. Casi marcó en dos ocasiones, con Alves desde la frontal del área y con Firmino, tras un córner. Pero Perú cambió los papeles en el 44’, cuando en una jugada sin peligro aparente Thiago Silva desvió la pelota con la mano dentro del área y el árbitro marcó penalti, que Paolo Guerrero convirtió en el gol de empate. El partido parecía que iba ir al descanso igualado, hasta que Yotún perdió un balón en su frontal del área que Firmino recuperó, tocó rápidamente a Arthur que en el segundo toque asistió a Gabriel Jesus que entró libre ante Gallese y remató raso para marcar el segundo de Brsil, el gol que liberó a su equipo de temores, le hizo respirar tranquila en el vestuario.
Una obligación. La Copa América siempre fue un torneo ingrato para la selección brasileña. El aficionado canarinho no da valor a nada que no sea el Mundial. Y ve al campeonato sudamericano de selecciones como un inconveniente. Si Brasil gana, no hizo más que cumplir con su obligación. Sin embargo, un tropiezo es sinónimo de crisis y puede acabar hasta con la destitución del seleccionador. Como pasó con el antecesor de Tite, Dunga, que cayó tras la Centenario.
Una presión tremenda sobre el míster gaucho, que esperaba contar con Neymar para ayudarle a cargar con el peso de la responsabilidad. Pero en vez de colaborar, el crack del PSG hizo todo lo contrario. Primero añadió más drama a la concentración, con todas sus polémicas. Y después se borró, con la tercera lesión en el pie en el último año y medio.
Así que Tite debutó en la competición en fase de prueba/error. Llegó a la final sin un once en primera línea de playa y su canariña sube y baja, encanta y desespera, luce y se apaga. Su canarinha ‘a la europea’ no deslumbró, pero fue un bloque sólido y serio ante una Perú que le sobró corazón aunque le faltó piernas y algo de calidad cuando, en la segunda parte, no fue capaz de sacar provecho de la segunda amarilla que vio Gabriel Jesus en el 70’, tras un roce con un rival. Era una historia bonita en el torneo. Pero le faltó algo para ser un rival a la altura. Y Brasil, con diez, fue quien sentenció, de penalti con Richarlison en el 88’, tras una falta de Zambrano a Everton dentro del área. Brasil cumplió con sus deberes y evitó otro Maracanazo. Y ahora a Tite le toca pensar en el futuro. Pero no en un futuro muy lejano. El año que viene habrá otra Copa América para molestar.